Oficio de feria (prop.
a partir de Vísp).
Éx 12,1-8.11-14/Sal
115/ 1Cor 11,23-26
/In 13,1-15
Domingo 02 Abril
S. Francisco de Paula;
María Egipciaca;
Abundio; Juan Paine;
Francisco Col I
Juan 13,1-1
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que hab llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, h biendo amado a los suyos que estaban en el mundo, 1 amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo 1 había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de S món, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Pad había puesto todo en sus manos, que venía de Dios a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el mant y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua e la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselo con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y este le dij «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?». Jesús le replicó: «Lo que yo hag tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde». Pedro 1 dijo: «No me lavarás los pies jamás». Jesús le contestó: «Si no te lavo, n tienes nada que ver conmigo». Simón Pedro le dijo: «Señor, no solo lo pies, sino también las manos y la cabeza». Jesús le dijo: «Uno que se h bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está lim pio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos». Porque sabí quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios». Cuand acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "e Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestr y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».
Destellos y mensajes del Jueves Santo
El Jueves Santo tiene cuatro hermosos destellos: el Mandamiento nuevo; el lavatorio de los pies; la institución de la Eucaristía; la institución del sacerdocio. Y cuatro mensajes urgentes para nosotros: primero, en el corazón del hombre hay sed de amor; segundo, el mal, en todas sus formas, no tiene la última palabra; tercero, con el lavatorio de los pies, Jesús nos dejó su distintivo de amor y de humildad, hasta la muerte; cuarto, adoremos al Santísimo Sacramento en el Monumento, como recuerdo de la agonía de Jesús en Getsemaní.