viernes, 7 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 06/04/2017

Jueves 06 Abril
Octava de Pascua Celestino I; Bta.
Pierina Morosini;
Bto. Ceferino
Agostini




Oficio propio 
He 2,14.22-33 /Sal
15 / Mt 28,8-15


PALABRA:
Mateo 28,8-15
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «Alegraos». Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán». Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: «Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros». Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.



«Alegraos»
«Alegraos», dice el Señor a las mujeres cuando se marchan del sepulcro. La alegría es una de las claves. ¡Cómo van transformándose aquellos apóstoles cuando van constatando la presencia del Señor en medio de ellos! Nuestra fe se basa en el testimonio de aquellos discípulos. ¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo vive! Todas las apariciones se van convirtiendo en manantiales de alegría, de gozo. Los cristianos somos testigos de la resurrección. Y, por tanto, testigos alegres, renovados, con una vida que resplandece y contagia optimismo, esperanza, alegría. La presencia del Señor es garantía de una vida feliz. Y, muchas veces, nos empeñamos en presentar solo la cruz, sin ofrecer al mismo tiempo el triunfo sobre todas las cruces de la tierra.





Señor, danos esa alegría que se transparenta en nuestros semblantes cargados de sonrisas; en nuestras manos dispuestas para el abrazo; en nuestros pasos seguros porque caminamos de tu mano; en nuestro corazón lleno de Ti, siempre.





                                        


jueves, 6 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 05/04/2017




Miércoles 05 Abril Oficio propio
He 10,34a.37-43/ 
Sal 117 / Col 3,1-4 
(o bien: 1Cor 5,66-8)
 / Jn 20,1-9







Vicente Ferrer;
Juliana de Cornillon; 
Emilia; Bto. Mariano 
de la Mata

PALABRA
Hechos 10,34a,37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados».





Salmo .117
Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.






Colosenses 3,1-4
Hermanos: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.


Juan 20,1-9
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro a Señor y no sabemos dónde lo han puesto». Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llego también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.


Hoy es un buen día para «resucitar»
¡Feliz Pascua de Resurrección para todos nosotros! ¡El drama de la pasión y muerte de Cristo no termina en la cruz, sino que se abre esplendorosamente en la Resurrección El Resucitado nos transmite que, más allá de todas las evidencias que se nos imponen, la muerte no tiene la última palabra en el destino de la humanidad. ¡Cristo vive Hoy es un buen día para «resucitar» las zonas muertas de nuestra propia vida: resucitar ilusiones perdidas, proyectos abandonados, compromisos incumplidos; resucitar por dentro, en gracia y amistad con el Señor, y por fuera, en fraternidad creciente con los hermanos. La resurrección de Jesús nos invita a vivir como «resucitados», o lo que es lo mismo, a inyectar en nuestras venas latidos de vida, todo lo que nos ofrece aroma de esperanza y de plenitud.


«Basta morir y todo resucita. La muerte fue el Costado rectamente. Una cruz, una lanza que consiente. Y el agua toda al mar se precipita», canta el poeta. Danos, Señor, la resurrección nuestra de cada día, en fulgores de gracia y de amistad contigo 
                                                                      











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