sábado, 18 de julio de 2015

EL SIGNIFICADO DEL SACRIFICIO DE ANIMALES POR EL ODÚN IFÁ," OGBE DÍ"







EL SIGNIFICADO DEL SACRIFICIO DE ANIMALES POR EL ODUN DE IFA OGBE DI
Un eslabón de una cadena se une a otro, una cadena cuelga sobre sus cuellos, fue la profecía de Ifá que se lanzó para los animales cuando ellos venían al mundo.
En la Religión Yoruba existen tres elementos de primer orden que integran el sacrificio: estos son las plantas, los animales y otros materiales que son usados por el hombre para lograr beneficios a través del agasajo a los poderes superiores divinos y la desviación de las fuerzas negativas que influyen sobre él.
Por todos es conocido que el Hombre logra subsistir utilizando,básicamente, a los animales y a las plantas, toma de ellos su carne, pieles, corteza, raíces, tallos, hojas y frutos y se vale además de materiales diversos,
obtenidos de su propia iniciativa o de la industria, como las telas para cubrir su cuerpo; sin embargo, el hombre yorubá emplea también todos estos elementos, que Olodumare le brinda, para ofrendar a las divinidades y alejar así, de su placentera estancia en la Tierra, todas las perspectivas de peligro que lo amenazan.
En el maravilloso mundo de los tradicionalistas yorubás, todos los actores bióticos o abióticos adquieren un significado mucho más profundo que enseñan, de forma plena y consciente, el importante lugar que ocupa cada cual en el ciclo de la vida y es precisamente ese significado, de gran relevancia, fundamentalmente, para los iniciados o adeptos del ifismo, el que llegará a ustedes a través de este nuevo artículo de nuestra web.
El Odu de IFÁ EJIOGBE nos dice acerca de la importancia del Sacrificio lo siguiente:
Para aquel que vino del Cielo ala Tierra con su ofrenda en las Manos su camino no fue oscuro,
Para aquel que llegó a la Tierra con su ofrenda en las manos su caminar fue seguro.
En ese Ifá tomado del odu Ejiogbe, manifiesta cómo Esu lo ayudó a convertirse en el rey de los olodús gracias al sacrificio que este realizó por prescripción de la adivinación. El Ese del que hablamos nos cuenta que ya los dieciséis olodús en la Tierra, era hora ya de nombrar un jefe entre ellos.
Ejiogbe no fue el primer Olodú que vino a la Tierra, muchos otros llegaron primero antes que él, Oyekún Meji, el rey de la noche, había reclamado la antigüedad, el grupo recurrió a Obatala, para que nombrara al rey de los olodús. Obatalá los invitó a todos y les dio una rata del bosque para que compartieran entre sí, Oyekun Meji cogió una pata, Iwori Meji cogió la segunda, Idí Meji la tercera y Obara Meji la cuarta, las demás partes fueron distribuidas en orden de antigüedad convencional. Ejiogbe por ser muy joven recibió la cabeza. ( En Cuba, por sustitución, se utiliza en los sacrificios a la jutia, una especie endémica).
En orden de secuencia Obatalá les dio posteriormente un pescado, una gallina, una paloma, una
guinea y por último, un chivo, todos fueron compartidos de acuerdo con el orden establecido con la rata del bosque. En cada caso, Ejiogbe recibió la cabeza de todos los animales sacrificados.
finalmente, Obatalá les dijo que regresaran después de tres días para comunicarles su decisión.
Ejiogbe se consultó de regreso a su casa e Ifá le dijo que ofrendara un macho cabrío a Esu. Después de comerse su macho cabrío, Esu le dijo que en el día señalado él debía asar un ñame y echarlo en
un bolso junto con un calabacín lleno de agua, Esu también le dijo que llegara tarde a la reunión de los olodús en el palacio de Obatalá. El día señalado, los olodús vinieron a buscarlo para ir a la reunión, pero él les dijo que asaba un ñame al fuego para comer antes de partir.
Al irse ellos, Ejiogbe sacó el ñame, lo peló y lo guardó en su bolso junto con el agua. Rumbo a la reunión se encontró con una anciana, exactamente, como le había pronosticado Esu y, en consecuencia con lo que le había consejado, liberó a la anciana de la carga de leña que llevaba, ya que estaba tan cansada que apenas podía caminar.
Después de agradecerle su ayuda, a la anciana se quejó de sentir apetito, Ejiogbe sacó de inmediato el ñame de la bolsa y se lo brindó, después de comérselo, ella le pidió agua y él le dio la que tenía en el bolso. Cuando la anciana terminó, Eyjiogbe recogió la leña y emprendió el camino con ella a su lado sin saber que se trataba de la madre de Obatalá.
La anciana al verlo apurado, le preguntó hacia dónde iba con tanta prisa, y él le respondió que ya estaba retrasado para ir a la reunión en la que Obatalá iba a nombrar al rey de los olodús. Agregó que se había tomado su tiempo, no obstante, porque sabía que era demasiado joven para aspirar a ser rey de los dieciséis discípulos de Orúnmila.
A1 responder, la mujer le aseguró que él sería declarado rey de los lolodús. Cuando llegaron a la......casa, la anciana le dijo que dejara la leña en el fondo. Fue entonces que Ejiogbe reconoció la casa de Obatalá y comprendió que la mujer que había ayudado era, nada más y nada menos, la propia madre de este.
Con ello, exhaló un suspiro de alivio. La mujer le pidió que le siguiera al interior de la casa. Allí sacó dos pedazos de tela blanca y ató uno al hombro derecho y otro al hombro izquierdo de Ejiogbe.
Después le insertó una pluma roja de cotorra en la cabeza y le puso una tiza blanca en la mano derecha, acto seguido, le mostró las mil cuatrocientas sesenta piedras, dispuestas delante de la casa de Obatalá, y le dijo que se parara sobre la piedra blanca en el centro. Con sus nuevas prendas, Ejiogbe se paró sobre la piedra mientras los demás aguardaban en la antesala de 0batalá.
Transcurrió un tiempo, cuando Obatalá le preguntó a los demás a quién esperaban y todos respondieron que esperaban a Ejiogbe, Obatalá les preguntó el nombre del hombre que se encontraba parado afuera. Ellos no reconocieron a Ejiogbe, Obatalá les dijo que fueran a rendirle tributo, uno tras otro, y a tocar el suelo con su cabeza a los pies de Ejiogbe.
A partir de entonces, Obatalá proclamó oficialmente a Ejiogbe rey de los olodús de Orúnmila.
Casi al unísono, todos los demás Olodús refunfuñaron disgustados no ocultaron su descontento con e1 nombramiento de un olodú joven como el jefe de ellos, entonces Obatalá les preguntó cómo habían compartido los animales que les había dado durante los días del período de prueba.
Ellos le explicaron y Obatalá les preguntó quién había recibido la cabeza de cada uno de los animales y confirmaron que en cada caso, se la habían dado a Ejiogbe. Obatalá les explicó que fueron ellos quienes nombraron de manera inconsciente rey a Ejiogbe, ya que cuando la cabeza está fuera del cuerpo el resto no
tiene vida, dicho esto, se marcharon, pero al salir de la casa de Obatalá, todos decidieron mantener a Ejiogbe a una distancia prudencial, también decidieron no reconocerlo, ni servirle, ni visitarlo. Antes de Dispersarse, Ejiogbe compuso un Ese especial para neutralizar todas las maquinaciones malévolas en contra suya; el Ese en cuestión es el siguiente:
Oya ni ki owo won yaa
Owuwu oni koo wo won deenu
kpe akiko kiiga akika deenu Ikpe orire I gun orire deenu Etuu kii olo tu won ni mo
Inu lo otin ire efo ebire waa
Con este Ese especial, Ejiogbe utilizó hojas apropiadas de Ifá.
Después de este incidente, los olodús le dijeron que para ellos aceptarlo como rey tendría que hacerles una fiesta con: doscientas güiras de puré de ñame, doscientas ollas de sopa preparadas con diferentes tipos de carnes, doscientos güiros de vino, doscientas cestas de semillas de cola, Y le dieron siete días para
organizar la fiesta.
A simple vista huelga decir que Parecía una tarea imposible porque ellos sabían que Ejiogbe no tenía con qué costear una fiesta de tal magnitud. Este se sentó a lamentar su desgracia y la perspectiva de seguir siendo un pastor sin ovejas.
A la sazón, Esu vino a preguntarle el porqué de su melancolía, y Ejiogbe le explicó que no tenía dinero para costear la fastuosa fiesta que los olodús le habían pedido para subordinarse a él. Esu le respondió que el problema se podía resolver si le ofrendaba otro macho cabrío.
Ejiogbe no perdió tiempo en hacerle la ofrenda a Esu, después de comerse el macho cabrío, Esu e dijo que preparara sólo un plato de cada alimento y que colocara en fila ciento noventa y nueve recipientes adicionales vacíos -uno para cada uno- en el cuarto donde se celebraría la fiesta el día señalado.
Eyjiogbe hizo lo que dijo Esu, Mientras tanto, los olodús se burlaban de él porque sabían que no había forma de que Ejiogbe pudiera costear dicha fiesta. Al séptimo día, los olodús fueron uno por uno a visitarlo para preguntarle por la fiesta. Como no escucharon los ruidos del mortero desde la cocina pensaron que no había fiesta. Mientras, los recipientes vacíos se encontraban en fila, Esu fue al cuarto de la cesta y le ordenó al único plato de cada alimento multiplicarse y llenar todos los recipientes vacíos. instantáneamente todas las güiras, las ollas, las cestas, se llenaron de comida recién elaborada y la fiesta estuvo lista.
Cuando Oyekú Meji llegó a la cesta, se asombró de ver todo lo que estaba listo. Sin esperar la invitación formal se sentó a comer. Los siguientes:
Iwori Meji,
Idí Meji,
Obara Meji,
Okonrón Meji,
Irosun Meji,
Owanrin Meji,
Ogundá Meji,
Osá Meji,
Eturá Meji,
Irete Meji,
Eká Meji,
Eturukpón Meji,
Osé Meji y Ofún Meji.
Antes de darse cuenta de lo sucedido, habían comido y bebido a su antojo.
Después de la fiesta, todos cargaron a Ejiogbe y lo elevaron Sobre sus cabezas mientras bailaban en una procesión y cantaban:
!! AGBEEE GEEGE !!




EL OJO SABIO






UN OJO SABIO:

El ojo humano es una hermosa obra de arte, pero también una poderosísima herramienta. El libro Visual Impact, Visual Teaching (Impacto visual, enseñanza visual) explica que "el 40% de las fibras nerviosas conectadas al cerebro están unidas a la retina", una fina y compleja película que recubre la superficie interior del ojo.
Con razón llamó Jesucristo al ojo "la lámpara del cuerpo". Pero ¿qué quiso decir? Él mismo lo aclaró: "Si tu ojo es sencillo [o sincero, enfocado en lo bueno], todo tu cuerpo estará brillante; pero sí tu ojo es inicuo. todo tu cuerpo estará oscuro" (Mateo 6:22, 23). Usando lenguaje figurado, Jesús nos advirtió de la poderosa influencia que ejerce el ojo en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Los buenos pensamientos iluminan nuestra vida, mientras que los malos nos sumen en la oscuridad.
Tomemos como ejemplo lo que Jesús dijo en Mateo 5:28, 29: "Todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. Ahora bien, si ese ojo derecho tuyo te está haciendo tropezar, arráncalo [por así decirlo]". Un ojo errante, que va de un lado a otro, puede despertar malos deseos y llevar a su dueño a cometer inmoralidad si se le presenta la ocasión, y así perder el favor de Dios (Santiago 1:14, 15).
Por eso, es muy importante saber controlarse. aunque a veces sea tan difícil como arrancarse un ojo. ¿Acaso no es mejor sacrificar unos minutos de placer sensual que echar por tierra la perspectiva de la vida eterna?
Aquello con lo que alimentamos los ojos también puede avivar la codicia. De ahí que la Biblia nos prevenga contra "el deseo de los ojos". un deseo egoísta que "no se origina del Padre, sino que se origina del mundo". Recordemos que "el mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre" (1 Juan 2:16, 17).
¿Está siendo la Biblia demasiado restrictiva? ¡Nada más lejos de la realidad! De hecho, desobedecer sus normas trae problemas y dolor (Gálatas 6:7, 8). Por el contrario, quienes hacen caso de sus advertencias, incluidas las que nos animan a tener un ojo sabio, consiguen ser felices, como dijo Jesús: "Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan" (Lucas 11:28). Estos vivirán para siempre en la Tierra; en cambio, los que enfocan su ojo en cosas que fomentan la inmoralidad o la codicia jamás encontrarán la felicidad y perderán la vida.
















LA GLORIA DE LAS ESTRELLAS:



• A LGUNA vez se ha quedado boquiabierto ante las miles de estrellas que colman una noche clara? Es probable que al mirar esas lucecitas centelleantes haya notado que no todas tienen el mismo color e intensidad. Bien dice la Biblia: "Estrella difiere de estrella en gloria" ( 1 Corintios 15:41).

¿Por qué varía la gloria, o resplandor, de las estrellas? 
¿Por qué algunas se ven blancas y otras azules, amarillas o rojas?
¿Y por qué centellean?
Pues bien, encerrados en el núcleo de las estrellas hay gigantescos hornos nucleares que generan descomunales cantidades de energía. Esta viaja hacia las capas exteriores y luego es irradiada al espacio, principalmente en forma de luz visible y rayos infrarrojos. Quizás le sorprenda saber que las estrellas más calientes son azules, mientras que las más frías son rojas. ¿A qué se debe este fenómeno?
La luz puede imaginarse como una corriente de partículas, llamadas fotones, que también se comportan como ondas de energía. Las estrellas de mayor temperatura emiten fotones con más energía, los cuales poseen una longitud de onda más corta, típica del extremo azul del espectro visible. A la inversa, las estrellas más frías emiten fotones con menos energía, que tienden al extremo rojo del espectro. Nuestra estrella madre, el Sol, se ubica entre ambos extremos, más o menos a la mitad, pues la mayor parte de la luz que emite corresponde a la zona del verde y el amarillo. Entonces, ¿por qué no se ve verdoso? Porque también emite mucha luz de otras longitudes de onda. De hecho, la suma de estas longitudes da como resultado una estrella blanca cuando se la mira desde el espacio.
La atmósfera terrestre "colorea" el Sol
Los humanos vemos el Sol a través de la atmósfera, un filtro que hace variar su apariencia dependiendo de la hora. A mediodía, por ejemplo, se ve amarillo brillante, mientras que al amanecer y al atardecer, cuando está cerca de la línea del horizonte, luce naranja o incluso rojo. El cambio se debe a las moléculas de gas, el vapor de agua y otras partículas microscópicas presentes en la atmósfera.
Debido a su composición, la atmósfera dispersa la luz azul y violeta que proviene del Sol, produciendo un hermoso cielo azulado. Con estos dos colores fuera del espectro solar, lo que resta en la luz directa del mediodía es principalmente el amarillo. Ahora bien, cuando el Sol está muy bajo, la luz viaja casi paralela a la superficie terrestre y tiene que recorrer una distancia mayor para atravesar la atmósfera, lo cual intensifica la pérdida del azul y el verde. De ahí que al atardecer el disco solar parezca teñirse de un espléndido rojo carmesí.
El colorido cielo nocturno
Nuestra percepción del cielo nocturno está condicionada por la sensibilidad de nuestros ojos. El ojo detecta la luz mediante dos tipos de sensores: los conos y los bastones. Los primeros distinguen colores, pero no funcionan en la penumbra. En cambio, los segundos no captan el color, pero son extremadamente sensibles a la luz; tanto es así que en condiciones óptimas basta un solo fotón para activar un bastón. Con todo, este tipo de fotorreceptor es más susceptible a las frecuencias cortas del extremo azul del espectro. Por eso, en un grupo de estrellas débiles del mismo brillo nos es más fácil detectar a simple vista las azules que las rojas. Afortunadamente, contamos con instrumentos de apoyo.
Es cierto que los binoculares y los telescopios han aumentado nuestra capacidad de ob servar objetos débiles en el cielo nocturno, como estrellas, galaxias, cometas y nubes de polvo y gas interestelar llamadas nebulosas. Sin embargo, la atmósfera no deja de ser una limitante. Para esquivar este inconveniente se puso en órbita el telescopio espacial Hubble. Esta maravilla de la tecnología es capaz de detectar cuerpos celestes diez mil millones de veces menos brillantes que los que se pueden observar a simple vista. El resultado ha sido imágenes verdaderamente espectaculares de astros del lejano espacio, como galaxias y nebulosas.
Ahora bien, existen nuevos telescopios terrestres que igualan y hasta superan al Hubble en ciertos aspectos. Por ejemplo, están equipados con ingeniosos sistemas que contrarrestan la distorsión atmosférica y permiten a los astrónomos ver más detalles que con el Hubble. Uno de ellos es el Keck, del Observatorio W. M. Keck, en Hawai, uno de los mayores telescopios ópticos del mundo. Gracias a él, Peter Tuthill, astrónomo de la Universidad de Sydney (Australia), descubrió una nebulosa despedida por un sistema estelar binario en la constelación de Sagitario, que desde nuestra perspectiva parece estar situada cerca del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
Mientras más se adentran los astrónomos en las profundidades del cosmos, más estrellas y galaxias descubren. ¿Cuántas hay en total? Solo podemos hacer conjeturas. En cambio, Salmo 147:4 dice que nuestro Creador, Jehová, "está contando el número de las estrellas" y que "a todas las llama por sus nombres".
El profeta Isaías dijo algo parecido, solo que fue más allá: afirmó con sorprendente precisión científica que el universo físico es producto de la infinita energía de Dios. "Levanten los ojos a lo alto y vean —escribió él—. ¿Quién ha creado estas cosas? Es Aquel que saca el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre. Debido a la abundancia de energía dinámica, porque él también es vigoroso en poder, ninguna de ellas falta." (Isaías 40:26.)
¿Cómo sabía Isaías —un hombre que vivió hace 2.700 años— que el universo es producto de la energía infinita de Dios? Es obvio que no pudo averiguarlo por sí mismo. Más bien, se limitó a escribir lo que Jesús le mandó por inspiración (2 Timoteo 3:16). De ese modo, él, así como los demás escritores bíblicos, hizo algo que ningún libro de ciencia ni telescopio puede lograr: identificar a Aquel que otorgó a las estrellas su belleza y su gloria.
¿POR QUÉ CENTELLEAN LAS ESTRELLAS?
Las estrellas centellean —es decir, parecen cambiar levemente de intensidad y posición— debido a perturbaciones en la atmósfera terrestre. Para ilustrarlo, imagine que está viendo unas lucecitas en el fondo de una piscina. Si el agua se agita, ¿qué les sucede? Titilan, igual que las estrellas. Ahora, mientras más grandes sean las luces, menor será la alteración que sufren. Los planetas son como esas luces, pero no porque sean de mayor tamaño que las estrellas, sino porque están mucho más cerca de la Tierra y
parecen más grandes.
¿SON REALES LAS IMÁGENES EN COLOR?
Seguramente ha visto impresionantes imágenes en color de galaxias, nebulosas y estrellas, cortesía del telescopio espacial Hubble. ¿Son reales los colores? En realidad, se trata de una recreación, una mezcla de arte y ciencia. Las imágenes del Hubble son tomadas en blanco y negro, aunque se emplean filtros de color. Los astrónomos y los expertos en imágenes emplean técnicas y programas modernos para componer las imágenes finales a fin de reproducir con la mayor fidelidad posible lo que a su criterio son los colores reales.* En otras ocasiones, los astrónomos producen imágenes con colores falsos a propósito para destacar algún detalle particular, quizás para investigación.











J. Hester y P. Scowen (AZ State Univ.), NASA ►

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