LOS SACRIFICIOS:
Los sacrificios se hacen para que el equilibrio, que
se perdió a través de una acción negativa por parte nuestra dentro del universo,
se vuelva a restablecer. Cuando se corta un árbol, por ejemplo, se está en
cierta manera sacando algo, quebrando o desequilibrando parte de lo que era él
todo. Este tipo de acción debe recompensarse, y la mejor forma según la
concepción occidental es plantar uno nuevo.
Según
los rituales yorubas, para quitar un árbol, se debe enterrar luego en el pozo
comidas y frutas. Esta acción ritual enseñada por los mayores tiene en realidad
gran sentido, pues la comida al descomponerse fertilizara-la tierra y las
semillas de las-frutas germinaran, dando como resultado que la pérdida del árbol
sea suplantada, con el paso del tiempo por (tal vez) varios árboles frutales.
En cuanto a los sacrificios de sangre, se hacen
principalmente para el consumo de la carne y ya que según nuestras creencias la
sangre le pertenece a Olodumare y los Orishas, comer carne de un animal que no
haya sido desangrado, por un sacerdote de nuestro culto se torna un sacrilegio.
La sangre representa la propia vida, aquella que fuera puesta en el AIYE (la
tierra) por ELEMI, siendo vista por la mayoría de las religiones como algo
sagrado y pudiendo además consagrar, bautizar o elevar algo hasta
ese momento confín o terrenal a- un grado más espiritual.
La sangre de los sacrificios se transforma en un
agente que crea un puente entre el mundo material (AIYE) y el mundo espiritual
(ORUM). La carne es consumida a modo de comunión de los fieles.
Durante la época de la esclavitud en Brasil, nuestros
ancestros debieron adaptar en parte el ritual de los sacrificios, ya que no
poseían animales para dicho fin. La poca carne que recibían eran restos que los
blancos no consumían, patas, rabos, orejas, huesos
semi pelados carcazas, etc. Así se vieron en la
necesidad de consumir igual esa-carne (pues lo primero es la conservación de la
especie), sustituyendo el sacrificio de sangre; entregando a las deidades
un trozo de carne junto con las comidas que habían adaptado, para cada orisha, apareciendo
así
- las ofrendas a los-orisha afrobrasileños, y los
rituales solo con el uso de hierbas (cuando se podía se agravaba sangre de
gallina) resultado de la adaptación a la nueva tierra y a la nueva forma de
vida (como esclavo). Muchos templos que siguen las costumbres africanistas han
dejado de lado dichas ofrendas y rituales a medias, pues ya se obtienen los
animales votivos de cada
_ Orisha y también los comestibles que llevan
realmente las-comidas de cada uno, estas ofrendas tienen mucha aceptación entre
los cultos que homenajean a los esclavos, los cuales se separaron
del africanismo, dividiéndose en ramas distintas: Umbanda, Candomble de
caboclos, etc. Cada Orisha posee sus animales característicos, que forma
parte de su aiye, pero nunca se le entrega nada sin consultar al oráculo, para
saber que es lo que pide cada uno y que tipo de animal según el camino del
Orisha. Cada animal planta o elemento escogido por el sacerdote posee un
simbolismo que reflejara -las intenciones-del mismo en el plano espiritual.
Para no perder los conocimientos se transmitió oralmente _una especie de ritual
fijo e incambiable para todos los Orishas y todas las situaciones, pero cabe
señalar que muchas cosas varían de acuerdo a las características de cada Orisha
y -de cada persona-ya-que cada-situación- -siempre es distinta. Aquel que
conoce la esencia del vituallo domina, y sabe el porqué de cada cosa, puede
usar lo que más convenga para determinado momento por el que se está pasando,
esto incluye cantar y pedir en yoruba a través de un rezo improvisado en el momento,
como se hace en tierra-yoruba.