sábado, 25 de julio de 2015

MUNDO YORUBA: LOS SACRIFICIOS


LOS SACRIFICIOS:

Los sacrificios se hacen para que el equilibrio, que se perdió a través de una acción negativa por parte nuestra dentro del universo, se vuelva a restablecer. Cuando se corta un árbol, por ejemplo, se está en cierta manera sacando algo, quebrando o desequilibrando parte de lo que era él todo. Este tipo de acción debe recompensarse, y la mejor forma según la concepción occidental es plantar uno nuevo. 
Según los rituales yorubas, para quitar un árbol, se debe enterrar luego en el pozo comidas y frutas. Esta acción ritual enseñada por los mayores tiene en realidad gran sentido, pues la comida al descomponerse fertilizara-la tierra y las semillas de las-frutas germinaran, dando como resultado que la pérdida del árbol sea suplantada, con el paso del tiempo por (tal vez) varios árboles frutales.
En cuanto a los sacrificios de sangre, se hacen principalmente para el consumo de la carne y ya que según nuestras creencias la sangre le pertenece a Olodumare y los Orishas, comer carne de un animal que no haya sido desangrado, por un sacerdote de nuestro culto se torna un sacrilegio. La sangre representa la propia vida, aquella que fuera puesta en el AIYE (la tierra) por ELEMI, siendo vista por la mayoría de las religiones como algo sagrado y pudiendo además consagrar, bautizar o elevar algo hasta ese momento confín o terrenal a- un grado más espiritual.
La sangre de los sacrificios se transforma en un agente que crea un puente entre el mundo material (AIYE) y el mundo espiritual (ORUM). La carne es consumida a modo de comunión de los fieles.
Durante la época de la esclavitud en Brasil, nuestros ancestros debieron adaptar en parte el ritual de los sacrificios, ya que no poseían animales para dicho fin. La poca carne que recibían eran restos que los blancos no consumían, patas, rabos, orejas, huesos
semi pelados carcazas, etc. Así se vieron en la necesidad de consumir igual esa-carne (pues lo primero es la conservación de la especie), sustituyendo el sacrificio de sangre; entregando a las deidades un trozo de carne junto con las comidas que habían adaptado, para cada orisha, apareciendo así
- las ofrendas a los-orisha afrobrasileños, y los rituales solo con el uso de hierbas (cuando se podía se agravaba sangre de gallina) resultado de la adaptación a la nueva tierra y a la nueva forma de vida (como esclavo). Muchos templos que siguen las costumbres africanistas han dejado de lado dichas ofrendas y rituales a medias, pues ya se obtienen los animales votivos de cada
_ Orisha y también los comestibles que llevan realmente las-comidas de cada uno, estas ofrendas tienen mucha aceptación entre los cultos que homenajean a los esclavos, los cuales se separaron del africanismo, dividiéndose en ramas distintas: Umbanda, Candomble de caboclos, etc. Cada Orisha posee sus animales característicos, que forma parte de su aiye, pero nunca se le entrega nada sin consultar al oráculo, para saber que es lo que pide cada uno y que tipo de animal según el camino del Orisha. Cada animal planta o elemento escogido por el sacerdote posee un simbolismo que reflejara -las intenciones-del mismo en el plano espiritual. Para no perder los conocimientos se transmitió oralmente _una especie de ritual fijo e incambiable para todos los Orishas y todas las situaciones, pero cabe señalar que muchas cosas varían de acuerdo a las características de cada Orisha y -de cada persona-ya-que cada-situación- -siempre es distinta. Aquel que conoce la esencia del vituallo domina, y sabe el porqué de cada cosa, puede usar lo que más convenga para determinado momento por el que se está pasando, esto incluye cantar y pedir en yoruba a través de un rezo improvisado en el momento, como se hace en tierra-yoruba.






PALABRA Y VIDA: SABADO 25/07/2015







Santiago

Apóstol, s.

Cristóbal; Alberto;

Florencio; Valentina;

Ma del Carmen Sallés
Oficio de las.

He 4,33; 5,12.27-33;

12,2 / Sa166 /

2Cor 4,7-15 / Mt

20,20-28



Mateo 20,20-28:
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?». Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda». Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?». Contestaron: «Lo somos». Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre». Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos».



Los valores que Jesús inculca a sus apóstoles:
Jesús va haciendo que aquellos hombres, a los que ha elegido, sean sus apóstoles, conforme a su corazón. Y, por tanto, que sepan bien a qué se comprometen, cuáles son los valores de su reino. Por eso, insiste tanto en la humildad, cuando ellos buscan los primeros puestos; insiste tanto en la opción por la gente sencilla, por los excluidos sociales, cuando ellos hablan de sentarse en un trono; insiste tanto en la entrega servicial, cuando ellos discuten para saber quién es el más importante, cuando ellos pretenden escalar puestos y subir cotas de honores. Jesús corta de raíz la ambición de poder, estar sobre los otros, dominarlos y obligarlos a actuar de una manera determinada. Jesús se planta con firmeza ante aquellos deseos de dominio de sus apóstoles.


Señor, nosotros queremos ser tus discípulos, siguiendo tus pasos; viviendo y cumpliendo tu voluntad sobre cada uno de nosotros; realizando nuestro proyecto de vida. Queremos seguirte siempre, de tu mano, buscando los valores de tu reino.








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