jueves, 27 de agosto de 2015

MULTIMEDIA AGGAYÚ SOLA : iAggayú Solá Kinigua oggé ibbá eloní !




Aggayú Solá
Orisha del volcán ,del centro de la tierra ,los desiertos ,de la tierra seca y de los ríos enfurecidos. Es el gigante de la Osha ,considerado por algunos como el padre de Shangó y Orungán. Orisha del fuego ,de carácter belicoso y colérico. Hijo de Oroiña y es el báculo de Obbatalá. Confundido en algunos casos con Aganjú el 6° Alafín de Oyó.

Amante de Oshanlá y Yembó. Su culto proviene de tierra Arará y Fon. Su nombre proviene del Yorúbá Aginjú Solá (Aginjú: desierto -So:voz -Alá: Cubrir) ,literalmente "El que cubre el desierto con su voz". Es un Orisha que no se coloca a la cabeza en las casas Lukumís ,se hace Shangó con oro para Aggayú y en algunas casas hacen Oshún con oro para Aggayú.


Se coloca a la cabeza en algunas casas de origen Arará. Si se coloca a la cabeza ,su Otá principal es de forma piramidal y debe de permanecer atada debajo del río por período de 9 días. Su receptáculo es un lebrillo de barro o una batea de madera ,pintado con sus nueve colores. 

Sus atributos son el Oché (hacha bípene roja y.blanca adornada con colores amarillos y azules) ,9 herramientas de combate ,2 tarros de buey ,9 mates ,cometa ,una mano de caracoles y un bastón.
Su número vibratorio es el 9 y sus múltiplos. Su color de vibración es el rojo oscuro y blanco o los 9 colores excepto el negro. 
Sus Elekes son de color marrón (cacao) ,matipó ,perla ,azul turqueza (celeste) ,una roja y en algunas ocasiones una amarilla o verde ,otros los confeccionan intercalando 8 cuentas amarillas ,9 rojas y 1 blanca.
En el diloggún habla por Osá Meji (99). 
Se le ofrendan frutas de todo tipo ,berenjenas ,palanquetas de maíz tostado ,melado de caña ,alpiste y galletas con manteca de corojo. 
Se le inmolan chivo ,gallo ,gallina de guinea ,jicotea y palomas.
Sus Ewe son Bledo punzó ,atiponlá ,moco de pavo ,baría ,platanillo de Cuba ,zarzaparrilla ,paraíso ,álamo ,jobo ,curujey y marpacífico.
Se saluda iAggayú Solá Kinigua oggé ibbá eloní ! 
Un rezo de Aggayú Solá:
"Aggayú Solá Kinigua alueco Babá mofeyó o sioro apa oché alumí
Ne awó sacuyolo amoibo yuró kuele kuele idemo unsoro obaluba
Lumí bo lo inlé Oricha a caraballi omo ní"
Sus caminos son:
Kinigua.
Larí.
Babadina.
Aggarí.



Características de los Omo Aggayú Solá :
Violentos ,irascibles ,coléricos ,físicamente muy fuertes. Son sensibles y les encanta la ternura. Les encantan los niños y son presa fácil de mujeres con apariencia frágil ,por que les encantan proteger a los débiles.

PATTAKÍ DE AGGAYÚ SOLA
Aggayú Sola era un gigante poderoso y temido: el dueño del río que se precipitaba desde lo alto. Acostumbraba ayudar a cruzar la corriente, pero siempre exigía que le pagaran.

En cierta ocasión le hizo el favor a Yemayá (otros informantes dicen que a Ochún), quien no tenía con qué pagarle y tuvo que acostarse con él para contentarlo. De esta unión nació Changó, aunque Aggayú no supo nada. El gigante era tan temido que dejaba la puerta de su casa abierta de par en par, aunque la tenía abarrotada de viandas y frutas; nadie se hubiera atrevido a entrar. Un día, sin embargo, Changó, que es muy fresco, se metió en la casa, se lo comió todo y hasta se acostó a dormir en su misma estera. Cuando Aggayú volvió del campo y vio el espectáculo, sin pensarlo dos veces agarró a Changó y lo tiró dentro de una hoguera que, por supuesto, no ardió. Entonces lo cargó y lo llevó a la orilla del mar para ahogarlo, 


pero Yemayá apareció y, muy solemne, le hizo saber que era su propio hijo. No por eso se acabaron los problemas. En cierta ocasión Changó pasó por Orunzale y vio que la gente del pueblo andaba como los zombies. Changó se empeñó en saber quién era el rey del pueblo y, tras muchos esfuerzos, descubrió que era Aggayú y fue a verlo. « ¿Para qué tú quieres saber quién es el rey?», dijo Aggayú encolerizado y Changó le contestó: «Papá, es que este pueblo no puede tener a la cabeza un rey tan fuerte. Todos andan muy mal, no oyen, no contestan, no hablan. No quiero que sigan sufriendo.» Fue así como se pusieron de acuerdo y, desde entonces, Changó va a la cabeza y Aggayú a los hombros. Es por eso que los hijos de Aggayú
tienen esa perfecta comunión con Changó y dicen: «Changó con orun para Aggayú.»


AGGAYÜ SOLA
Orisha mayor. Es el padre de Changó, el gigante de la Ocha. El orisha de la tierra seca, deidad del desierto. Patrón de los caminantes y porteadores. También de los automovilistas y aviadores, estibadores. Es el patrón de la Ciudad de La Habana.
Las fuerzas terrenales, que le pertenecen, son símbolo de sus tremendas energías, como la potencia de los ríos que dividen los territorios, la de la lava que perfora la corteza terrestre, la de los terremotos que la conmueven y la del impulso que la hace girar eternamente- Es el Báculo de Obatalá. Oroiña es su madre. Su temperamento es belicoso y colérico. El protege a los cargadores y conductores de vehículos (choferes).

Su refugio es la palma, sobre todo cuando se encuentra en alguna situación difícil. Es amigo de cargar a los niños y ponérselos sobre los hombros. Se le reconoce por sus pasos largos y porque alza mucho las piernas al andar.
No puede ír a la cabeza de nadie. Sus días son el miércoles y el 16 de cada mes. Su número es el 9 y habla en Osa (Melli).
En Ocha se le llama Aggayú Sola Kiniha, Aggayú Larí, Babadina (Padre Candela), Aggarí (muy antiguo). En Palo se le denomina Quendú, Brazo Fuerte, Bola del Mundo, Cabo de Guerra, Nombre en Fon y en Haití: Agasú.



Receptáculo; Se entrega en un lebrillo de madera o de barro, decorado con sus nueve colores. Cuando se asienta lleva nueve herramientas que acompañan a la piedra o fundamento, en forma piramidal u otra que sugiera una elevación terrestre.



Atributos: Oché (hacha bipene roja y blanca, adornada con abalorios amarillos, rojos y azules). Oggué (dos cuernos de novillo) y dieciséis mates (semillas redondeadas que se encuentran a la orilla del mar).
Herramientas: Hacha bipene y bastón.Cuando es de fundamento, se le suman las seis herramientas de Changó.
Collares: En La Habana, entre otros, el de color cacao, matipó, perla, azul turquesa, una roja y, a veces, una amarilla o verde. En otras casas de santo, cuentas color cacao alternadas con matipó, insertándosele cada nueve cuentas; otras rojas, azul turquesa, verdes y amarillas. También una cuenta blanca grande, seguida por nueve rojas y ocho amarillas, orden que se repite varias veces.

Ropa: Pantalones y chaquetillas de color rojo oscuro. De su cintura penden pañuelos o tiras de diversos colores.
Comidas: Nueve galletas grandes untadas con manteca de corojo. Frutas de todo tipo. Tiene preferencia por la berenjena.
Animales: Toro, chivo, gallo, paloma y guinea.

Bailes: Se le conoce por sus pasos largos y porque alza mucho los pies, como para salvar obstáculos. Carga a los niños que están a su alcance y se los pone sobre los hombros.
Castigo y protecciones: Presión sanguínea y calenturas. También accidentes automovilísticos.
Monte (Ewe): Bledo punzó, atipóla o moco de pavo, baria, platanillo de Cuba, zarzaparrilla, paraíso, álamo, jobo, curujey y marpacífico.

Hijos: Hombres violentos y coléricos, físicamente poderosos. La ternura suele desarmarlos. Son amigos de los niños y fáciles víctimas de mujeres con apariencia frágil, porque supuestamente necesitan protección.




Catolización: San Cristóbal, patrono de la Ciudad de La Habana. En Santiago de Cuba, San Miguel Arcángel.
Aggayú Sola se sincrética con San Cristóbal. Según una de las leyendas más populares, Cristóbal era un gigante que ayudaba a los hombres a cruzar cierto río, ancho y turbulento. En una ocasión ayudó a cruzar al mismo niño Jesús, lo que determinó su conversión al cristianismo. Murió como mártir durante el imperio de Decio. Su día se celebra el 25 de julio.
La sincretización de Aggayú con San Cristóbal se presenta como muy natural: ambos ostentan grandes poderes, acostumbran a cargar niños sobre sus hombros y sus Leyendas se encuentran vinculadas a un río.
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AJÉ GHALUGA
Orisha de la salud, de las primeras riquezas y de la suerte. Su emblema es una concha. Comerciantes y otras personas que buscan dinero activamente, lo adoran como su patrón y sitúan dinero en conchas para propiciarlo. Se le considera venático, lleno de antojos y caprichos, Ajé Ghaluga regala sus favores arbitrariamente y con frecuencia no es al primero, sino al último a quien bendice y mejora. En ocasiones importantes, cuando grandes cantidades de dinero han sido gastadas, es usual oír el grito de: « iAge oh!» (En África), lo que implica que tales gastos han sido posibles gracias a la bendición del orisha. Tales ocasiones dan una demostración concreta de su generosidad. Encontrar una concha grande en el camino es considerado como signo de buena suerte. Igual que todos los orishas, aunque quizás en mayor medida, exige completa confianza en sus poderes.

OROIÑA
Orisha mayor (fundamento de Ifá). Nació de Orisha Oko y es La manifestación del fuego universal, el centro incandescente del globo terráqueo, el lugar donde nacen los fuegos volcánicos y la conmoción de los terremotos. Sus poderes forman las montañas, colinas y cordilleras. Oroiña es la madre y el padre (según otros informantes de Aggayú Es el foco central de la energía solar concentrado en Orisha Oko. Se asoma por Oké en forma de Aggayú buscando su identificación con Olorun, También se dice que nace de Olorun, como Aggayú y Changó.


ORUGÁN:
Orisha menor y del mediodía. Hijo del Aggayú .y Yemayá. Se dice que violó a su madre. Yemayá, aterrorizada, huyó de él y, al caer al suelo Tendida de cansancio, brotaron de su cuerpo innumerables ríos y los orishas Olosá, Dada, Ghangó, Oggún, Oyá, Ochún, Obba, Oko, Ochosi, Oké, Aje Chaluga, Ochu y Chakpono.

Se considera que fue el primer hombre consagrado en Ifá. Al quejarse de su mala situación a Elegguá, éste le enseñó el uso de los ikines (nueces de palma) para la adivinación, para que pudiera ganarse la vida.
Según otro pattakí, Ifá era el que se hallaba en mala situación por lo que Elegguá le dijo que si podía conseguir dieciséis nueces de las palmas, Orugán le enseñaría cómo adivinar el futuro y beneficiaría a la humanidad. Orugán estuvo de acuerdo. Ifá aprendió de Elegguá cómo adivinar el futuro y más tarde le enseñó a Orugán. Es orisha de babalawo.


bueno amigos aqui acabamos parte de lo que seria la historia de aggayú. les recuerdo que estamos hablando muy por encima de cada uno de los orichas y que aún no hemos llegado a sus tratados y demás liturgias.
espero les haya gustado la lectura del dia de hoy y hasta mi próximo post....bendiciones para todos 







PALABRA Y VIDA: JUEVES 27/08/2015





jueves 27
Sta Monica, m.o
Cesáreo de Arles;
Gabriel M' Nicolás;
Orondo; Bta. Mª
Pilar Izquierdo


XXI del T.O.
lª del salterio
1Tes 3,7-13 / Sal 89
/ Mt 24,42-51




                               Mateo 24,42-51

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, mandándolo a donde se manda a los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».


Caminamos con Jesús
«Estar en vela» no significa vivir en soledad, sino caminar con Jesús. No podemos plantear la vida como un destierro, sin más, sino como una hermosa singladura de esperanza. Es posible que no nos encontremos «caminos maravillosos», pero puede ser verdad —de nosotros depende y en nuestras manos está—, que nosotros seamos «caminantes maravillados». Este pasaje no es para temblar sino para sentir la emoción del encuentro: el cristianismo no es una idea ni una ideología, nos dejó dicho Benedicto XVI, sino un acontecimiento, un encuentro constante con el Señor Jesús, atentos siempre a su paso, a sus llamadas e invitaciones. «Caminar con Jesús» nos cambia la vida por completo.

Como Mónica, la madre de Agustín de Hipona, nosotros queremos poner en nuestras mejillas lágrimas de dolor por las ausencias de nuestros hijos, por los abandonos de nuestros compromisos, por tantas infidelidades injustas como protagonizamos. Las lágrimas de las madres conmueven especialmente el corazón de Dios.


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