viernes, 28 de agosto de 2015

DUDAS Y MAS DUDAS : QUIEN ESCUCHA NUESTRAS ORACIONES?



"No estaba segura de que Dios existiera. De todos modos, a veces le oraba. Aunque dudaba de que hubiera alguien escuchándome, en el fondo deseaba que fuera así. No era feliz ni tenía propósito en la vida. Me resistía a creer en Dios porque pensaba que solo los débiles lo hacían." (Yasmine, portugal)*




¿Escucha alguien las oraciones?
• SE SIENTE usted como Yasmine? ¿Le ora a Dios aunque no esté seguro de que exista? En tal caso, no es el único.
Una encuesta realizada entre 2.200 británicos reveló que solo el 22% creía en la existencia de un Creador que escuchaba las oraciones. Sin embargo, un 55% admitió que oraba de vez en cuando.
Otra encuesta efectuada entre 10.000 personas de cuatro continentes indicó que casi un 30% de los que se consideraban ateos oraban.


¿Por qué tantas dudas?
Un inglés llamado Allan explica por qué afirmaba que no creía en Dios: "Me parecía que la religión era un invento para controlar a la gente y sacarle dinero. Pensaba: `Si Dios de verdad existiera, no permitiría tantas injusticias'. Aun así, a veces me sentaba y le hablaba de 'algo'. También me preguntaba cuál era el sentido de la vida".
Las razones por las que algunos dudan de que haya alguien que responda las oraciones varían de una persona a otra. En muchos casos se debe a que la gente no encuentra la respuesta a preguntas como:
¿Somos la obra de un Creador?
¿Por qué parece que la religión solo causa problemas?
¿Por qué permite Dios tanto sufrimiento? Y usted, ¿se sentiría más motivado a orar si conociera las respuestas?



Quien escucha las oraciones?
SI ALGUIEN puede escuchar las oraciones, ese alguien debe ser aquel que nos creó a nosotros y nuestro cerebro. ¿Quién más podría leer nuestros pensamientos? ¿Quién más podría responder las oraciones y darle a la humanidad la ayuda que necesita? Claro, esto hace surgir la pregunta: ¿es lógico creer en la existencia de un Creador?
Muchos opinan que aceptar que fuimos creados contradice lo que la ciencia ha probado. Sin embargo, Dios y la ciencia no son incompatibles.
■ De acuerdo con un reciente estudio llevado a cabo en veintiuna prestigiosas universidades norteamericanas, solo unos 550 de los 1.646 profesores de ciencias encuestados eligieron la opción "No creo en Dios".
La realidad es que sí hay científicos que creen en la existencia de Dios.


Pruebas de que existe un Creador
¿Tenemos que creer a ciegas que hay alguien que escucha las oraciones? Por supuesto que no. La idea de que la fe no se basa en pruebas es errónea. La Biblia define fe como "la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen" (Hebreos 11:1). Otra versión dice que la fe es "la prueba de lo que no se ve" (Biblia de Jerusalén latinoamericana). Piense en esto: aunque las ondas de radio no se ven, las voces que escuchamos a través del teléfono celular demuestran claramente que dichas ondas sí existen. De la misma manera, aunque nadie puede ver a Dios, hay pruebas convincentes de su existencia.
¿Dónde podemos encontrar esas pruebas? Están a nuestro alrededor. La Biblia declara: "Toda casa es construida por alguien, pero el que ha construido todas las cosas es Dios" (Hebreos 3:4). ¿No le parece que ese razonamiento es lógico? Si usted se pone a meditar en el orden existente en el universo, el origen de la vida o el diseño del cerebro humano —la estructura más compleja que hay en la Tierra—, puede que también llegue a la conclusión de que debe haber algo superior a los seres humanos.*


Pero la naturaleza no puede enseñarnos todo lo que necesitamos saber acerca de Dios. Contemplar las cosas que él ha creado es como oír las pisadas de alguien que se acerca a una puerta. Sabemos que hay alguien detrás, pero ¿quién es? Solo lo averiguaremos si abrimos la puerta. Pues para saber quién ha creado todas las cosas, es necesario "abrir" una puerta.
¿Qué puerta es esa? La Biblia. En sus páginas podemos conocer a Dios. Sus detalladas profecías y su cumplimiento son prueba de que él existe.' Es más, este libro nos revela la personalidad del Dios que escucha nuestras oraciones al registrar diversas ocasiones en que trató con los seres humanos.


¿Cómo es el "Oidor de la oración"?
La Biblia indica que el Dios que escucha nuestras oraciones —el "Oidor de la oración"— es un ser racional, alguien a quien podemos conocer. Y es que solo un ser racional..........
* Hallará más pruebas sobre la existencia de Dios en el artículo El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis, y en el libro ¿Existe un Creador que se interese por nosotros?, 
¿Le crea dudas el mal ejemplo de las religiones?

Lamentablemente, las organizaciones religiosas son las culpables de que tantos se cuestionen si hay un ser compasivo que escuche sus oraciones. Incluso personas que eran devotas han dejado de creer en Dios tras ver que la religión está involucrada en la guerra y el terrorismo y tolera el abuso de menores.



¿Por qué parece que la religión solo causa problemas? Porque hay gente malvada que ha hecho maldades en el nombre de la religión.
La Biblia predijo que habría quienes se valdrían del cristianismo para cometer atrocidades.
El apóstol Pablo dio la siguiente advertencia a los responsables de la congregación cristiana: "De entre ustedes mismos se levantarán varones y hablarán cosas aviesas para arrastrar a los discípulos tras de sí" (Hechos 20:29, 30).
A Dios le indigna lo que han hecho las religiones falsas. Por eso, en su Palabra, la Biblia, las acusa de haber derramado "la sangre [...] de todos los que han sido degollados en la tierra" (Revelación [Apocalipsis] 18:24). Como no enseñaron la verdad acerca de Dios; cuya principal cualidad es el amor, él las considera responsables de estos crímenes (1 Juan 4:8).

El Dios que escucha las oraciones se compadece de quienes han sufrido atropellos en el nombre de la religión. Por el amor que le tiene a la humanidad, pronto hará que su Hijo pida cuentas a estas religiones por su hipocresía. Jesús dijo: "Muchos me dirán en aquel día: 'Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre [...]?'.
Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obradores del desafuero" (Mateo 7:22, 23).
puede oír y entender. Por eso nos animan estas palabras: "Oh Oidor de la oración, aun a ti vendrá gente de toda carne" (Salmo 65:2). Él presta atención a quienes le oran con fe. Además, tiene un nombre. La Biblia afirma: "Jesús está muy lejos de los inicuos, pero oye la oración de los justos" (Proverbios 15:29).
Jesús tiene sentimientos. Él es el "Dios de amor" y el "Dios feliz" (2 Corintios 13:11; 1 Timoteo 1:11). Con razón "se sintió herido en el corazón" a causa de la maldad que hubo en cierta época (Génesis 6:5, 6). Además, la idea de que Dios nos hace sufrir para ponernos a prueba es falsa, pues la Biblia declara:
"Lejos sea del Dios verdadero el obrar inicuamente" (Job 34:10). Pero tal vez usted se pregunte: "Si Dios es el Creador todopoderoso, ¿por qué no acaba con el sufrimiento?".
Jesús nos concede la libertad de elegir nuestro camino en la vida, y eso habla muy bien de él. ¿No valoramos tan hermoso regalo? Lamentablemente, muchas personas sufren y hacen sufrir a otros porque abusan de esa libertad, Llegados a este punto, surge una pregunta digna de un análisis cuidadoso: ¿cómo eliminará Dios el sufrimiento sin arrebatarles la libertad de decisión a los seres humanos? La respuesta se halla en el siguiente artículo.










¿Por qué permite el sufrimiento?
HAY personas que oran a Dios y, sin embargo, dudan de su existencia. ¿A qué se deben sus dudas? Quizás a que ven demasiado sufrimiento en el mundo. ¿Se ha preguntado usted alguna vez por qué Dios lo permite?
¿Acaso nos creó Dios para ser imperfectos y sufrir? Se nos haría muy difícil respetar a un dios que nos hubiera creado con ese propósito. Piense en el siguiente ejemplo: si usted estuviera contemplando un vehículo nuevo y descubriera algún daño en la carrocería, ¿llegaría a la conclusión de que el fabricante lo diseñó así? Claro que no. Lo lógico sería pensar que el fabricante lo hizo perfecto y que alguien o algo causó el daño.


De igual modo, en la naturaleza contemplamos un orden y un diseño maravillosos, pero, al mismo tiempo, vemos que el caos y la corrupción plagan a la humanidad. ¿Quería el Creador que fuera así? La Biblia enseña que los primeros seres humanos fueron hechos perfectos pero dejaron de serlo por lo que ellos mismos hicieron (Deuteronomio 32: 4, 5). Con todo, hay buenas noticias: Dios ha prometido reparar los daños y conceder la perfección a las personas obedientes. Entonces, ¿por qué ha esperado tanto tiempo?












¿Por qué tanto tiempo?
La respuesta a esta pregunta se relaciona con la cuestión de quién debe gobernar a los seres humanos. El propósito de Jesús era gobernarlos él, no que se gobernaran ellos mismos. De hecho, la Biblia asegura: "No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso" (Jeremías 10:23). Por desgracia, Adán y Eva optaron por rechazar el gobierno de Dios, y ese acto rebelde los hizo pecadores (1 Juan 3:4). Por eso perdieron la perfección y sufrieron las consecuencias, tanto ellos como sus descendientes.
Durante miles de años, Jesús ha permitido que el hombre se gobierne a sí mismo, pero la historia ha demostrado que este no tiene la capacidad de hacerlo bien. Es obvio que todos los gobiernos han causado sufrimiento. Ni uno solo ha conseguido eliminar las guerras, el delito, las injusticias o las enfermedades.
¿Cómo reparará Dios los daños?
La Biblia promete que Dios pronto traerá un nuevo mundo justo (2 Pedro 3:13). Solo
quienes opten por mostrar amor a su prójimo y a Dios vivirán en él (Deuteronomio 30:15, 16, 19, 20).
Las Escrituras también revelan que durante "el día del juicio" que se acerca rápidamente, Dios acabará con el sufrimiento y sus causantes (2 Pedro 3:7). Entonces, Jesucristo, el Rey nombrado por Dios, gobernará a la humanidad obediente (Daniel 7:13, 14). ¿Qué logrará ese gobierno? La Biblia indica: "Los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz" (Salmo 37:11).
El rey celestial Jesucristo reparará los daños —como las enfermedades, la vejez y la muerte— ocasionados por la rebelión de los seres humanos contra Dios, "la fuente de la vida" (Salmo 36:9). Jesús sanará a todos los que apoyen su amoroso gobierno. Él hará realidad las siguientes promesas bíblicas:
"Ningún residente dirá: 'Estoy enfermo'." (Isaías 33:24.)

" [Dios] limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado." (Revelación 21:4.)
¿No nos consuela saber que Dios pronto cumplirá su promesa de erradicar el sufrimiento? Y aunque por ahora lo permita, podemos tener la certeza de que escucha nuestras oraciones.
Dios está cerca de todos nosotros, incluido usted. Él escucha hasta sus más leves expresiones de dolor y tristeza y anhela que llegue el día en que usted quede libre de toda duda y sufrimiento.





PALABRA Y VIDA: VIERNES 28/08/2015



viernes 28

S. Agustín, m.o.. .
Alejandro de
Constantinopla;
Fortunato; Bto. 
Junípero Serra; Bto.
Aurelio de Vinalesa





XXI del TO.
1° del salterio
1Tes 4,1-8 / Sal 96 /
Mt 25,1-13


                             Mateo 25,1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: « Se parecerá el Reino de los cielos a diez doncellas e tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!". Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas". Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis". Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos". Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco". Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».

Lo importante es el banquete de bodas
La parábola nos desconcierta: todos nos fijamos en la necesidad de la vigilancia, como si el «cristianismo» fuera algo parecido a una disciplina militar, en la que, lo que de verdad importa, es una «guardia» firme, atenta, bien organizada. Pero en esta parábola el argumento central es el banquete, la gran metáfora del Reino de los cielos. En la silueta del «novio» se recorta la persona de Jesucristo, que nos llama, nos invita y nos espera. ¿Quiénes van a entrar en el banquete? Los que están preparados, los que lo desean, los indigentes, los necesitados, los sencillos, los humildes. Esos son los que están representados, como «metáfora viva», en las doncellas prudentes. La vida es fiesta, cuando vivimos los valores del reino.





cultivarseescrecer Chanel