sábado, 17 de octubre de 2015

PALABRA Y VIDA: LECTURA DEL SÁBADO 17/10/2015




sábado 17
S. Ignacio de
Antioquía, m.o. 
Etelberto y Etelredo; 
Bto. Contardo Ferrini




XXVIII del T.O.
4º del salterio
Rom 4,13.16-18/
Sal 104/Lc 12,8-12



                                Lucas 12,8-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir».


Ay de los que rechazan la salvación!
Esta página del evangelio nos habla de la blasfemia contra el Espíritu Santo. Juan Pablo II la comentaba así: «La blasfemia no consiste en el hecho de ofender con palabras al Espíritu Santo; consiste en el rechazo de aceptar la salvación que Dios ofrece aI hombre por medio del Espíritu Santo, que actúa en virtud del sacrificio de la cruz. Si Jesús afirma que la blasfemia contra el Espíritu Santo no puede ser perdonada, es por el rechazo radical a convertirse. La blasfemia contra el Espíritu Santo es el pecado cometido por el hombre que reivindica un pretendido "derecho" de perseverar en el mal —en cualquier pecado— y rechaza así la redención». No se podría decir mejor, ni con mayor claridad. Dios se nos ofrece siempre, nos espera siempre.


De nuevo escuchamos tus palabras, Señor, cuando nos dices: «No os preocupéis si os conducen ante los magistrados, porque el Espíritu Santo os enseñará lo que tenéis que decir». ¡Cuánta confianza nos infundes siempre!







PALABRA Y VIDA: LECTURA DEL VIERNES 16/10/2015



viernes 16
Sta. Margarita Mª
Alacoque / Sta. 
Eduvigis, m.l. 
Gerardo Mayela;
Galo; Ma Margarita 
Dufrost; Bto. Juan de 
Palafox




XXVIII del T.O.

4° del salterio
Rom 4,1-8 /Sal 31 /
Lc 12,1-7


                            Lucas 12,1-7
En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuidado con la levadura  de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digáis de noche se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el sótano -se pregonará desde la azotea. A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Os voy a decir a quién tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después echar al infierno. A este tenéis que temer, os lo digo yo. ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados. Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones».


Jesús nos habla claro
Jesús nos habla claro: primero, no tengáis miedo, porque el miedo paraliza nuestro caminar, enciende alarmas y oscurece el camino; segundo, no seáis hipócritas, porque todo quedará al descubierto; tercero, tened plena confianza en el Padre, que cuida hasta de los pajarillos del campo. Es verdad. Todos anteponemos nuestra imagen pública a la realidad de nuestra vida. Nadie quiere aparecer externamente como en realidad es. Cristo nos invita a caminar entre luces, abiertos a la verdad. La hipocresía, el miedo, la desconfianza, siembran la mentira, nos quitan la paz, generan alejamiento, eliminan credibilidad. Nada hay mejor que la sencillez de nuestras vidas, abriéndose a todos los paisajes, para hacer que brille el sol de la verdad.

Señor, todos albergamos en el corazón, acaso sin darnos cuenta, huellas de ese fariseísmo, en el que puede más la vanidad que la verdad; puede más la apariencia que el bien real. Haznos luminosos y transparentes en todo momento.







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