viernes, 23 de octubre de 2015

PALABRA Y VIDA: LECTURA DEL VIERNES 23/10/2015



viernes
S. Juan de 
Capistrano, m.l. 
Servando y
Germán; Ignacio
de Constantinopla; 
Juan Bono




XXIX del T.O.
1° del salterio
Rom 7,18-25a /Sal 
118 / Lc 12,54-59


                                                                                                                                                                                                                                                 
                                    Lucas 12,54-59 
            
En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís enseguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás e allí hasta que no pagues el último céntimo».


Los signos de los tiempos
Lo proclamó con fuerza el concilio Vaticano II: «La Iglesia tiene el deber permanente de escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio» (GS 4,1). Los «signos de los tiempos» nos invitan a colocar nuestra mirada en la marcha del mundo, en la humanidad sufriente que busca y no encuentra un mundo mejor. Pero ahí están, ante nosotros, «los signos de los tiempos»: el hambre que nos interpela; la debilidad de tantos seres humanos que nos reclama; las injusticias que nos sublevan; las violencias que nos aterran; las guerras, con tanta sangre derramada como salpica la piel del alma. Y, mientras tanto, ¿qué hacemos nosotros? ¿Cuál es nuestro granito de arena? ¿Guardamos silencio o ponemos el grito en el cielo y en la tierra?


Alguien dijo, con emoción y encanto: «La Biblia es un menú de Pan fraterno. Jesús es el Pan vivo. El universo es nuestra mesa, hermanos».




jueves, 22 de octubre de 2015

PALABRA Y VIDA: LECTURA DEL JUEVES 22/10/2015


jueves 22
Donato de Fiésale; 
Nancto; Salomé; Juan Pablo II; Bto. 
Timoteo Giaccardo







XXIX del T.O.
lº del salterio
Rom 6,19-23 /Sal 1
/ Lc 12,49-53


                                Lucas 12, 49-53

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».


Jesús, manifestación de Dios en el mundo
Jesús utiliza la metáfora del fuego, que en la Biblia es la representación de una teofanía: hablar de fuego es hablar de una manifestación de Dios. Con esta imagen del fuego, Jesús introduce la imagen del bautismo: el bautismo es el acto por el que el cristiano asume en la vida el mismo destino que asumió Jesús. Y cuando este destino se toma en serio, vienen los conflictos. Por eso, Jesús dice que Él no ha venido a traer paz sino división: vivir el cristianismo auténtico entrará en conflicto, inevitablemente, con los intereses económicos, con las ideas políticas, con los asuntos familiares. Saldrán a flote los egoísmos y los intereses. Seguir a Cristo es apostar por la verdad, el amor, la justicia, la libertad y la paz. Y de ahí, esa división, esos enfrentamientos.


Señor, infunde en nuestras vidas el fuego de tu amor, un fuego que nos purifique y que nos convierta en antorchas vivas para iluminar el mundo.









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