miércoles, 25 de noviembre de 2015

PALABRA Y VIDA: LECTURA DEL MIÉRCOLES 25/11/2015




miércoles 25
Sta. Catalina de 
Alejandría, m.l 
Gonzalo; García





XXXIV del T.O.
2° del salterio 
Dan 5,1-6.13-14. 
16-1723-28 / 
Sal Dan 3,62-67/ 
Lc 21,12-19


                             Lucas 21,12-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».


La persecución llamará a la puerta
Jesús nos habla claro: la persecución llegará a vuestras vidas y vuestra palabra no será bien acogida, sobre todo si choca con los intereses partidistas de los poderosos. Pero no temamos. Él nos dará «palabras y sabiduría». Hemos de estar atentos a esas dos clases de persecuciones: la persecución que se produce por nuestra fidelidad al evangelio, a la misión que Dios nos ha encomendado; y la persecución que se debe más bien a nuestras culpas, a nuestras infidelidades. En la primera, seremos mártires; en la segunda, provocaremos el escándalo. Lo más bello de esta página del evangelio es saber y sentir que el Señor está a nuestro lado, que nos defiende y nos sostiene. En nuestras manos queda la perseverancia, seguir siempre los pasos del Maestro.

¡Señor Jesús, mi fuerza y mi fracaso eres Tú! ¡Mi herencia y mi pobreza! ¡Tú, mi justicia, Jesús, mi guerra y mi paz! ¡Mi libre libertad, mi muerte y vida, Tú!





martes, 24 de noviembre de 2015

PALABRA Y VIDA: LECTURA DEL MARTES 24/11/2015




Martes 24
S. Andrés Dung-
Lac y comp. m.o.
Fermina





XXXIV del T.O.
2º del salterio
Dan 2,31-45 / Sal
Dan 3,57-61 / Lc
21,5-11




                                  Lucas 21,5-11
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido». Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?». Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida». Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo».


Perder miedos y encender ilusiones
Jesús anuncia la destrucción del templo y previene sobre las situaciones difíciles y angustiosas que van a llegar. Los discípulos se ven atenazados por el miedo. Pensarán: «¿qué va a ser de nosotros?». Es la misma pregunta que surge de nuestro interior: «¿qué nos pasará en el futuro?, ¿cómo afrontar las calamidades?». Desgracias, calamidades, guerras crueles y graves crisis económicas. Las sombras y los males nos acompañarán siempre. Pero Cristo enciende la luz de la esperanza. Y se dirige a cada uno de nosotros, susurrándonos en lo más profundo del corazón: «No os dejéis invadir por la angustia y el miedo. La vida es bella y es más fuerte que todo lo demás. No perdáis la ilusión. Confiad en mis palabras».


«Puede que Dios no te pida ir a limpiar leprosos, pero seguro que te pide una pequeña sonrisa para el que está a tu lado». La ilusión es lo que cuenta frente a las desgracias.






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