domingo, 3 de enero de 2016

PALABRA Y VIDA: LECTURA DEL DOMINGO 03/01/2016

DOMINGO 3 ENERO Tiempo de Navidad/2° Salterio 2° Semana. Tomo I
SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS




Santos Antero pp, Genoveva vg
 





2016: JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA



Papa Francisco: El Evangelio [de la Encarnación del Verbo] nos invita a reflexionar acerca del tema de la salvación. Jesús no excluye a nadie. Tal vez alguno de vosotros podrá decirme: «Pero,
Padre, seguramente yo estoy excluido, porque soy un gran pecador: he hecho cosas malas, he hecho muchas de estas cosas en la vida». ¡No, no estás excluido! Precisamente por esto eres el preferido, porque Jesús prefiere al pecador, siempre, para perdonarle, para amarle. Jesús te está esperando para abrazarte, para perdonarte. No tengas miedo: Él te espera.




• Eclesiástico 24,1-4.12-16: 
La sabiduría hace su propio elogio, se  gloría en medio de su pueblo. Abre la boca en la asamblea del Altísimo y se gloría delante de sus Potestades. En medio de su pueblo será ensalzada y admirada en la congregación plena de los santos, recibirá alabanzas de la muchedumbre de los escogidos y será bendita entre los benditos. Entonces el Creador del Universo me ordenó, el Creador estableció mi morada: habita en Jacob, sea Israel tu heredad. Desde el principio, antes de los siglos, me creó, y no cesaré jamás. En la santa morada, en su presencia ofrecí culto y en Sion me estableció; en la ciudad escogida me hizo Tescansar, en Jerusalén reside mi poder. Eché raíces en ún pueblo glorioso, eñ la porción del Señor, en su heredad.



Salmo 147,12-15.19-20: 
El Verbo se hizo carne y acampó entre nosotros.
Efesios 1, 3-6.15-18: 
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por eso yo, que he oído hablar de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mi oración, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos.



(JUAN 1, 1-18 ): 
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio junto, a Dios. Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.Y la luz brilla en 1a tiniebla, y la tiniebla no lo recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz para que todos creyeran por medio de él. No era la luz, sino el que daba testimonio de la luz. El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su  gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.



JESÚS, hoy, el Evangelio nos evoca los designios del Padre sobre tu encarnación, la  puerta de la salvación se abre a todos, también a mí, que soy un pecador. Y el Calendario de la Iglesia nos evoca el nombre humano del Verbo eterno: el Santísimo Nombre de Jesús. Es el Nombre-sobre-todo-nombre, ante el cual doblo mi rodilla y me postro con toda mi vida en adoración profunda. No está bien el triunfalismo más que cuando el triunfo es tuyo y para ti. ¡Que nunca te robe la gloria apropiándome cualquier cosilla buena que haga, porque si algo me sale medio bien es porque tú me das tu Espíritu! Con los místicos medievales celebro tu Nombre como"júbilo para mi corazón, melodía para mi oído, miel para mi boca, esplendor para mi mente, esperanza para mi vida". Que durante mi vida y en la hora de mi muerte no se caiga de mis labios tu Santo Nombre: JESÚS, JESÚS, JESÚS. "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia" (Mateo 5, 7). (Sigue tu oración personal).




sábado, 2 de enero de 2016

PALABRA Y VIDA: LECTURA DEL SÁBADO 02/01/2016



Juan 1,19-28
Stos. Basilio
Magno y Gregorio 
Nacianceno, m.o. 
Na Sra., Auxilio
de los Cristianos; 
Serafín de Sarov



Feria de Navidad 
Oficio propio
1Jn 2,22-28 / Sal 97 
/ Jn,19-28




Juan 1,19-28
Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: «Tú, ¿quién eres?». Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías». Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo: «No lo soy». «¿Eres tú el Profeta?». Respondió: «No». Y le dijeron: «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?». Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías». Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?». Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia». Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.



El testimonio de Juan
Hoy nos encontramos en esta hermosa página del evangelio con el testimonio de Juan el Bautista. ¡Cuánta humildad y sinceridad! Los dirigentes, las autoridades religiosas buscaban «títulos», «cargos», «nombramientos». Juan les ofrece su vida, su misión: «Yo soy la voz que grita en el desierto». Nosotros somos la voz, Cristo es la Palabra. Solo una voz limpia, diáfana, verdadera, una voz en el desierto, una voz sin audiencia, sin resonancia, sin propaganda, pero que ofrece caminos y soluciones. Tengámoslo claro: un cristiano sirve para que Dios ame al mundo a través de nosotros; un cristiano es alguien que acude a una cita; un cristiano es alguien que cree, sigue, espera e imita a Cristo. Frente a las vanidades, la verdad silenciosa de nuestras vidas.



Señor, nosotros somos la voz desnuda, el dedo erguido que señala tu presencia, la estela sencilla y humilde que proclama tu Palabra y muestra tus caminos. Tú, Señor, eres el centro del cosmos y de la historia, como proclamara el santo papa Juan Pablo II.




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