Salterio 2' Semana. Tomo II Cuaresma/ 4ª
Lunes 7 Marzo
Santos PERPETUA y FELICIDAD rnrs,
Teresa M. Redi vg, Simeón Berneux y co mr
Papa Francisco: El Evangelio de san Juan (4,43-54) habla del funcionario del rey que, al enterarse de la llegada de Jesús a Caná, va a su encuentro para pedirle que salve al hijo enfermo que estaba muriéndose en Cafarnaún. Fue suficiente que Jesús dijera: «Anda, tu hijo vive» para que ese hombre creyese en su palabra y se pusiese en camino: Esta es nuestra vida: creer y ponerse en camino, como hizo Abrahán, que confió en el Señor y caminó incluso en momentos difíciles, cuando su fe «fue probada» con la petición del sacrificio del hijo. Se fió del Señor y siguió adelante. La vida cristiana es esto: caminar hacia las promesas. Por ello la vida cristiana es esperanza. Hay muchos, incluso cristianos y católicos de comunidad, que no caminan. Está la tentación de detenerse, de considerar ser un buen cristiano sólo porque se forma parte de movimientos eclesiales y se sienten en ellos como en la propia casa espiritual, casi «cansados» de caminar. La Cuaresma es un tiempo propicio para pensar si estamos en camino o si estamos «demasiado inmóviles» y entonces debemos convertirnos.
PALABRA:
Salió Jesús de Samaria para Galilea. Jesús mismo había hecho esta afirmación: «Un profeta no es estimado en su propia patria». Cuando llegó a galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía
que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: «Como no veaís signos y prodigios, no creéis». El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño». Jesús le contesta: «Anda, tu hijo está curado». El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría.Y le contestaron: Hoy a la unalo dejó la fiebre». El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora cuando Jesús le había dicho: «Tu hijo está curado».Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.
Isaías 65,17-21; Salmo 29,2-6.11-13 • JUAN 4,43-54
CRISTO,a mi me basta tu palabra y tu amistad para creer y fiarme de ti, que por tu Misericordia quieres 1o mejor para tus amigos y para tus enemigos. Los milagros vienen a confirmar la fe, cuya semilla me diste y yo quiero cultivar. Es el trabajo de toda la vida: robustecer la fe. (Sigue tu oración personal).