JUEVES 10 MARZO
Santos Cayo y Alejandro mrs, Macario ob, Víctor mr,
Juan Ogilvie pb mr, M. Eugenia Milleret vg.
Beatos Mateo Elías Nieves pb mr, Juan José Lataste pb
Papa Francisco: [Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis. . .1. Jesús, en el ministerio del obispo, sigue predicando el Evangelio de salvación y santificando a los creyentes mediante los sacramentos de la fe; es Cristo quien, por medio del ministerio paternal del obispo agrega nuevos miembros a la Iglesia, su Cuerpo. Debéis honrarlo como ministro de Cristo y dispensador de los misterios de Dios, a él se ha confiado dar testimonio del Evangelio y administrar la vida del espíritu y Ia santidad. Recordad las palabras de Jesús a los Apóstoles: «Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».
PALABRA:
Dijo Jesús a los judíos: «Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es válido. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su semblante, y su palabra no habita en vosotros porque al que él envió no le creéis. Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, ese sí lo recibiréis. ¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no dais fe a sus escritos, ¿cómo daréis fe a mis palabras?»,
Éxodo 32,7-14; Salmo 105,19-23 • JUAN 5,31-41
CRISTO, me resulta extremadamente duro lo que dices a los judíos: No queréis venir a mí por tener vida. Y lo dices «para que vosotros os salvéis». Yo te pido que no dejes de decirme la verdad, corregirme y guiarme, para que vaya a ti, jamás te deje, y tenga vida eterna a tu lado En el cielo se consumará tu amor y tu Misericordia hacia mí. (Sigue tu oración personal).