martes, 22 de marzo de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES SANTO 22/03/2016

Salterio 2° Semana. Tomo II   Semana Santa
MARTES SANTO 22 MARZO





Santos Epafrodito NT, Bienvenido Scotivoli ob, Lea vd', Calinicas y Basilisa tras





Papa Francisco: Judas vendió a Jesús por treinta monedas. Jesús es como una mercancía: fue vendido entonces y otras muchas veces en el mercado de la historia, en el mercado de nuestra vida. Cuando nosotros optamos por las treinta monedas, dejamos a Jesús de lado. Cuando hablar se  convierte en habladuría, en murmuración, eso es una venta, y la persona que está en el centro de nuestra murmuración se convierte en una mercancía. Era de noche. Es la noche del pecador que encuentra de nuevo a Jesús, su perdón, la caricia del Señor. Hemos de abrir el corazón y gustar la dulzura de este perdón. Que hermoso es ser santos, pero también qué bello es ser perdonados.


PALABRA:
Jesús, profundamente conmovido, dijo: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar». Simón Pedro hizo señas [a Juan] para que averiguase por quién lo decía. Entonces Juan, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: «Señor, ¿quién es?». Le contestó Jesús: «Aquel a quien yo dé este trozo de pan untado».Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: «Lo que tienes que hacer hazlo enseguida». Ninguno de los comensales entendió a ( se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió, dijo Jesús «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros: "Donde yo voy, vosotros no podéis ir"». Simón Pedro le dijo: «Señor, ¿adónde vas?». Jesús le respondió «A donde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde Pedro replicó: «Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti». Jesús le contestó: «¿Conque darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces».




ORACIÓN:
Isaías 49,1-6; Salmo 70,1-6.15.17 • JUAN 13,21-33.36-38

CRISTO JESÚS, yo soy ese Judas que te he traicionado tantas veces. Pero no quiero desconfiar de tu misericordia y de tu perdón. Como Pedro, quiero dar mi vida por ti, aunque soy débil:  lloraré mis pecados, iré al encuentro de tu mirada de amigo siempre fiel y seguiré tus pasos.
(Sigue tu oración personal).






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lunes, 21 de marzo de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES SANTO 21/03/2016

Salterio 2º Semana. Tomo II Semana Santa
Lunes Santo 21 Marzo




Santos Nicolás de Flue pf er, Agustín Zhao Rong pb mr





Papa Francisco: En su misión terrena, Jesús recorrió los caminos de Tierra Santa. En la Semana Santa vivimos el vértice de este camino. Jesús entra en Jerusalén para dar el último paso, en el que resume toda su existencia: se dona totalmente, no se queda nada, ni siquiera la vida. En la Última Cena, con sus amigos, comparte el pan y distribuye el cáliz «para nosotros». El Hijo de Dios se ofrece a nosotros, entrega en nuestras manos su Cuerpo y su Sangre para estar siempre con nosotros. En el Huerto de los Olivos, como en el proceso ante Pilato, no opone resistencia, se dona; es el Siervo sufriente anunciado por Isaías que se despoja a si mismo hasta la muerte. Jesús no vive este amor que conduce al sacrificio de modo pasivo o como un destino fatal: ciertamente no esconde su profunda turbación humana ante la muerte violenta, sino que se entrega con plena confianza al Padre. Jesús se entregó voluntariamente a la muerte para corresponder al amor de Dios Padre en perfecta unión con su voluntad, para demostrar su amor por nosotros. En la Cruz, Jesús «me amó y se entregó por mí•. Este es también mi camino, el tuyo, el nuestro. Vivir la Semana Santa siguiendo a Jesús no sólo con la emoción del corazón; vivir la Semana Santa siguiendo a Jesús quiere decir aprender a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los demás, para ir hacia las periferias de la existencia, movernos nosotros en primer lugar hacia nuestros hermanos y nuestras hermanas, sobre todo aquellos más lejanos, aquellos que son olvidados, que tienen más necesidad de comprensión, de consolación, de ayuda. ¡Hay tanta necesidad de llevar la presencia viva de Jesús misericordioso y rico de amor!.



PALABRA:
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien
había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió los pies y se los enjugó con su cabellera.Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?». Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando. Jesús dijo: «Déjala, lo tenía guardado para el día de mi sepulturaa: porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no solo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos por su causa, se les iban y creían en Jesús.



ORACIÓN:
Isaías 42,1-7; Salmo 26,1-3.13-14 • JUAN 12,1-11
JESÚS, todo es poco para honrarte. Me uno a María de Betania para poner mi vida a tus pies. No te hace falta a ti, pero a mí sí me hace falta tu aprobación, tu estímulo, tu Misericordia, la fuerza para seguirte hasta la Cruz. (Sigue tu oración personal).











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