miércoles, 30 de marzo de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES DE LA OCTAVA DE PASCUA 30/03/2016





Tiempo Pascual  MIÉRCOLES DE LA OCTAVA DE PASCUA
MIÉRCOLES 30 MARZO




Santos Juan Clímaco ab, Antonio Daveluy ab mr,

Leonardo Murialdo pb, Julio Álvarez pb mr, Zósirno ab







Papa Francisco: El camino de Emaús se convierte en símbolo de nuestro camino de fe: Las Escrituras y la Eucaristía son los elementos indispensables para el encuentro con el Señor. También nosotros llegamos a menudo a la misa dominical con nuestras preocupación, nuestras dificultades y desilusiones... La vida a veces nos hiere y nos marchamos tristes, hacia nuestro «Emaús», dando la espalda al proyecto de Dios. Nos alejamos de Dios. Pero nos acoge la Liturgia de la Palabra: Jesús nos explica las Escrituras y vuelve a encender en nuestros corazones el calor de la Fe y de la esperanza, y en la Comunión nos da fuerza. Palabra de Dios, Eucaristía. Leer cada día un pasaje del Evangelio.





PALABRA:
Los discípulos de Jesús iban a una aldea llamada Emaús. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?». Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaran. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel.Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Algunas mujeres fueron muy de mañana al sepulcro y encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron». Entonces Jesús dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?».Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída ..........Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos,
tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero desapareció.Ellos comentaron:  ¿ no ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?». 





ORACIÓN:
Hechos 3,1-10 Salmo 104,1-9 • LUCAS 24,13a.15-17a.19b-32

JESUCRISTO RESUCITADO, tú, que todo lo puedes y tanto me quieres, me sales al paso para que te reconozca resucitado: con tu Palabra, tu Misericordia y tu gesto de partir el pan me alientas a creer y ser misericordioso. (Sigue tu oración personal).









CULTIVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES OCTAVA DE PASCUA 29/03/2016

Tiempo Pascual   Tomo II
MARTES DE LA OCTAVA DE PASCUA
29 MARZO


Santos Eustasio ob, Guillermo Tempier ob, Ludolfo ob




Papa Francisco: Dejemos que el asombro gozoso de Pascua se irradie en los pensamientos, en las miradas, en las actitudes, en los gestos y en las palabras... ¡Ojalá fuésemos así de luminosos!
Pero esto no es un maquillaje. Viene de dentro, de un corazón inmerso en la fuente de este gozo, como el de María Magdalena, que lloraba la pérdida de su Señor y no creía a sus ojos al verlo resucitado. quíen experimenta esto se convierte en testigo de la Resurrección, porque en cierto sentido resucita él mismo, resucita ella misma. De este modo es capaz de llevar un «rayo» de la luz del Resucitado a las diversas situaciones: a las que son felices, haciéndolas más hermosas y preservándolas del egoísmo; a las dolorosas, llevando serenidad y esperanza.



PALABRA:
Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntaban: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré». Jesús le dice: «¡María!». ¡Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa «¡Maestro!». Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro"». María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al señor y ha dicho esto».



ORACIÓN:
Hechos 2,36-41; Salmo 32,4-5.18-22 • JUAN 20,11-18
JESUCRISTO RESUCITADO, tu ausencia es causa de tristeza para quienes te queremos, como María Magdalena. Pero ya lo dijiste: La tristeza se convertirá en gozo. Tú estás vivo, estás a mi lado y me llamas por mi nombre. ¡Gracias, Señor, tu Misericordia infinita y tu voz alientan mi fe y mi gozo! (Sigue tu oración personal).








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