martes, 17 de mayo de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 17/05/2016






Tiempo Ordinario/7°Salterio 3° Semana. Tomo III
Martes 17 Mayo









Sant PASCUAL BAILÓN rl,

Víctor mr, Heraclio y Pablo mrs


Papa Francisco: También a nosotros el Señor parece preguntarnos: «¿De qué discutíais por el camino?» (Mc 9,33). Cuando Jesús hizo esta pregunta a sus discípulos, ellos permanecieron en silencio porque sentían vergüenza, habiendo discutido entre sí quién era el mayor. También nosotros nos sentimos confundidos por la distancia que existe entre la llamada del Señor y nuestra pobre respuesta. Ante su mirada misericordiosa no podemos fingir que nuestra división no es un escándalo, un obstáculo para el anuncio del evangelio de la salvación al mundo. Nuestra vista está ofuscada a menudo por el peso causado por la historia de nuestras divisiones, y nuestra voluntad no siempre está libre de la ambición humana que a veces acompaña incluso a nuestro deseo de anunciar el Evangelio según el mandamiento del Señor.





PALABRA:
Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron   Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo  a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado
en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará». Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».



ORACIÓN:
Santiago 4,1-10; Salmo 54,7-11.23 • MARCOS 9,30-37
SEÑOR, tu palabra de hoy me llega con fuerza y claridad: es urgente que me haga, sin lu ambiciones ni rivalidades, como un niño que se fía plenamente de ti, para comenzar ORACIÓN a entender el abecé de tu Evangelio. Tú viniste a servir, nos serviste y sigues sirviéndonos por amor. ¿Y yo quiero ser el primero, el señor a quien otros sirven, el importante? ¡Qué necedad! Confío en tu Misericordia por siempre jamás. (Sigue tu oración personal).








lunes, 16 de mayo de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 16/05/2016




Tiempo Ordinario/7°      Salterio 3° Semana. Tomo III

Lunes 16 Mayo





 Santos Simón Stock pb, Gema Galgani vg,
Andrés Bobola pb mr, Alipio y Posidio obs.
Beato Gil de Santarem pb

Papa Francisco: Jesús bajaba del monte donde se había transfigurado y se encontró con esta gente inquieta, en desorden: discutían, gritaban. Jesús preguntó qué sucedía, el alboroto disminuyó y comenzó un diálogo con el papá del muchacho poseído. El muchacho parecía como muerto. Jesús lo tomó de la mano, le hizo levantar y lo puso en pie. El muchacho estaba curado y podía volver a casa. Todo ese desorden, esa discusión, acabó en un gesto: Jesús se abaja y toma al niño. Estos gestos de Jesús nos hacen pensar. Jesús siempre nos hace volver a casa, jamás nos deja solos por el camino. Estos gestos de Jesús nos enseñan que cada curación, cada perdón, siempre nos hace volver a nuestro pueblo que es la Iglesia.




PALABRA:
Cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al llegar
adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente Alrededor, y  a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. Él les preguntó: «¿De qué discutís?». Uno le contestó: «Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces». Él les contestó: «¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo». Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?». Contestó él: «Desde ¡ pequeño.Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con éI. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos». Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe». Entonces el padre del muchacho gritó: «Tengo Fe, pero dudo; ayúdame». Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando:Vete y no vuelvas a entrar en él». Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó, tomándolo de la mano, y el niño se puso en pie. Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?».
respondió: «Esta especie sólo puede salir con oración».





ORACIÓN:
Santiago 3,13-18; Salmo 18,8-10.15 • MARCOS 9,14-29
SEÑOR, todo es posible al que tiene fe. ¡Dámela, por tu Misericordia! Así no tendrás que soportarme en mi tibieza. (Sigue tu oración personal).






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