domingo, 7 de agosto de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 07/08/2016


Tiempo Ordinario/19º Salterio3ª Semana. Tomo IV
Domingo 07 Julio









Santos SIXTO II pp, CAYETANO pb,
Alberto pb, Donato ob, Afra mr, Miguel de la Mora pb mr


Papa Francisco: El evangelio de este domingo nos habla del deseo del éncuentro definitivo con Cristo, un deseo que nos hace estar siempre preparados, con el espíritu en vela, porque esperamos este encuentro con todo el corazón. «Donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Lc 12,34). ¿Tú tienes un corazón que desea, o tienes un corazón cerrado, un corazón adormecido, un corazón anestesiado por las cosas de la vida? El deseo: seguir adelante hacia el encuentro con Jesús. Y ¿dónde está tu tesoro, aquello que tú deseas? ¿Cuál es para ti la realidad más importante, más valiosa, la realidad que atrae mi corazón como un imán? ¿Puedo decir que es el amor de Dios?





PALABRA: 
Sabiduría 18,6-9: La noche de la liberación se les anunció de antemano a nuestros padres, para que tuvieran ánimo al conocer con  certeza la promesa de que se fiaban. Tu pueblo esperaba ya la salvación de los inocentes y la perdición de los culpables. Pues con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas llamándonos a ti. Los hijos piadosos de un pueblo justo ofrecían sacrificios a escondidas y de común acuerdo se imponían esta ley sagrada: que todos los santos serían solidarios en los peligros y en los bienes; y empezaron a entonar los himnos tradicionales.



Salmo 32,1.12.18-22: Dichoso el pueblo a quien Dios escogió como heredad.





Hebreos 11,1-2.8-13.16-19: La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve. Por su fe son recordados los antiguos: por fe obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba. Por fe vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas —y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa— mientras esperaban la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios. Por fe también Sara, cuando ya le había pasado la edad, obtuvo fuerza para fundar un linaje, porque se fio de la promesa.Y así de una persona, y esa estéril, nacieron hijos numerosos, como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas. Con fe murieron todos estos. Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo. Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una ciudad. Por fe Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac: y era su hijo único lo que ofrecía, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: «Isaac continuará tu descendencia». Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para resucitar muertos.Y así recobró a Isaac como figura del futuro.

LUCAS 12,32-48: Dijo Jesús a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño; porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.Vended vuestros bienes, y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas: Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle, apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.Y si llega entrada la noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis, viene el Hijo del hombre».. Pedro le preguntó: «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?». El Señor le respondió: «¿Quién es el administrador fiel y solicito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta a ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo al llegar lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las 'muchachas, a comer y beber y emborracharse; llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá».

ORAC ION:
SEÑOR, yo soy el criado que sabe lo que tú quieres, y no lo hace. Reconozco mi infidelidad y apelo a tu Misericordia: «Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias». Me dejo engañar por el demonio. ¿No me basta mi propia experiencia, para darme cuenta de que lo mejor es seguirte a donde tú quieras? 
(Sigue tu oración personal).






sábado, 6 de agosto de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 06/08/2016




Tiempo Ordinario/ 18°Salterio 2° Semana. Tomo IV

Sábado 06/08/2016







TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR.

Santos Justo y Pastor mrs, Hormisdas pp


Papa Francisco: "Qué bien se está aquí", exclamó Pedro, después de haber visto al Señor Jesús transfigurado, revestido de gloria. ¿Podemos repetir también nosotros esas palabras? Pienso que sí, porque para todos nosotros es bueno estar aquí, en torno a Jesús. Él es quien nos acoge y se hace presente en medio de nosotros. Y en el Evangelio hemos escuchado también las palabras del Padre: "Este es mi Hijo, el escogido, escuchadlo". Por tanto, si por una parte es Jesús el que nos acoge; por otra, también nosotros queremos acogerlo, ponernos a la escucha de su palabra, porque precisamente acogiendo A Jesucristo, Palabra encarnada, es como el Espíritu nos transforma, ilumina el camino del futuro, y hace crecer en nosotros las alas de la esperanza para caminar con alegría.




PALABRA:
Jesús se llevó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar.Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés otra para Elías». No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle». Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.



ORACIÓN:
2Pedro 1,16-19; Salmo 96,1-2.5-6.9 • LUCAS 9,28b-36
SEÑOR, qué bien se está contigo cuando todo marcha bien: Moisés, Elías, tu aspecto radiante. Yo me quedo con la palabra del Padre, que vale para tiempos de gloria y de dolor, como en Getsemaní y en el Calvario: Este es mi Hijo, escuchadle. Soy todo oídos, habla, Señor, que tu siervo escucha atento qué quieres de mí. Todo lo espero de tu Palabra, testigo de tu Misericordia y decidido a ser misericordioso. (Sigue tu oración personal).






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