domingo, 18 de septiembre de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 17/09/2016





Tiempo Ordinario/24° Salterio 4° Semana. Tomo IV
Sábado 17 Septiembre




Santos ROBERTO BELARMINO ob dc,
Hildegarda de Bingen vg dc,
Lamberto oh, Columba vg mr, Pedro de Arbués pb mr

 Papa Francisco: Un sembrador salió a sembrar; sin embargo, no toda la semilla que esparció dio fruto. Lo que cayó al borde del camino se lo comieron los pájaros; lo que cayó en terreno pedregoso  . . o entre abrojos brotó, pero inmediatamente lo abrasó el sol o lo ahogaron las espinas. Sólo lo que cayó en terreno bueno creció y dio fruto (cf. Mc 4,3-9; Mt 13,3-9; Lc 8,4-8). Como Jesús mismo explica a sus discípulos, este sembrador representa al Padre, que esparce abundantemente la semilla de su Palabra. La semilla, sin embargo, se encuentra a menudo con la aridez de nuestro corazón, e incluso cuando es acogida corre el riesgo de permanecer estéril. Con el don de fortaleza, en cambio, el Espíritu Santo libera el terreno de nuestro corazón, lo libera de la tibieza, de las incertidumbres y de todos los temores que pueden frenarlo, de modo que la Palabra del Señor se ponga en práctica, de manera auténtica y gozosa.




PALABRA:
Jesús dijo a la gente esta parábola: «Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso y, al crecer, se secó por falta de humedad. Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y, al crecer, dio fruto al ciento por uno». Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga». Entonces le preguntaron los discípulos: «¿Qué significa esa parábola?». Él les respondió: «A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan. El sentido de la parábola es este: La semilla es la palabra de Dios. Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Los del terreno pedregoso son los que, al escucharla, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan. Lo que cayó entre zarzas son los que escuchan, pero, con los afanes y riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no maduran. Los de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando».

ORACIÓN:
1Corintios 15,35-37.42-49; Salmo 55,10-14 • LUCAS 8,4- 15
SEÑOR, me veo reflejado en la tierra al borde del camino, entre piedras y zarzas. Pero confío en la Misericordia del mejor sembrador, y prepararás mi corazón para que sea la buena tierra que dé mucho fruto. (Sigue tu oración personal).








sábado, 17 de septiembre de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 16/09/2016





Tiempo Ordinario/24° Salterio 4° Semana. Tomo IVViernes 16 Septiembre








Santos CORNELIO y CIPRIANO mrs,
Juan Macías rl, Eufemia mr, Rogelio mj

Papa Francisco: [Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres]. Una Iglesia sin mujeres es como un Colegio apostólico sin María. El papel de la mujer en la Iglesia no es solamente la maternidad, la mamá de la familia, sino que es más fuerte; es precisamente el icono de la Virgen, de María, la que ayuda a crecer a la Iglesia. Pero dense cuenta de que la Virgen es más importante que los Apóstoles. Es más importante. La Iglesia es femenina: es Iglesia, es esposa, es madre. Pero la mujer en la Iglesia, el papel de la mujer en la Iglesia no se puede limitar al de mamá, al de trabajadora, limitado... ¡No! Es otra cosa. No se puede entender una Iglesia sin mujeres, pero mujeres activas en la Iglesia, con su estilo, que llevan adelante.





PALABRA:
Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los
Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.


ORACIÓN
1Corintios 15,12-20; Salmo 16,1.6-8.15 • LUCAS 8,1-3
SEÑOR, yo también quiero ser de los que te acompañan de pueblo en pueblo, compartíendo contigo lo que soy y lo que tengo. Predicar tu Evangelio, ser testigo de tu amor y tu Misericordia, de palabra y de obra, es lo más grande que se puede hacer en este mundo. Y la vida no es tan larga como para perder el tiempo en lo que no tiene importancia. Tú, sobre todo. (Sigue tu oración personal).






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