Tiempo Ordinario/26° Salterio 2° Semana. Tomo IV
Lunes 26 Septiembre
Santos Cosme y Damián mrs,
Gedeón AT, Nilo ab, Lucía kim y co mrs
Papa Francisco: «Padre Santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros» (in 17,11). Esta unidad era ya amenazada cuando Jesús estaba aún entre los suyos: en el Evangelio, en efecto, se recuerda que los apóstoles discutían entre ellos sobre quién era el más grande, el más importante (cf. Lc 9,46). El Señor, sin embargo, insistió mucho en la unidad en el nombre del Padre, haciéndonos entender que nuestro anuncio y nuestro testimonio serán tanto más creíbles cuanto más nosotros primero seamos capaces de vivir en comunión y amarnos.
PALABRA:
Los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante. Jesús, adivinando lo que pensaban, tomó de la mano a un niño, lo
puso a su lado y les dijo: «El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante». Juan tomó la palabra y Ie dijo: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir». Jesús le respondió: «No se lo impidáis; el que no está contra vosotros está a favor vuestro».
Job 1,6-22; Salmo 16,1-3. 6-7 • LUCAS 9,46-50
SEÑOR, cuando prevalece en la sociedad la convicción de que lo único que importa es esta vida, se explica que se quiera destacar, ser importante y considerado por la sociedad en la que se vive. Escribía uno de los mayores pensadores islámicos, el murciano Ibn'Arabi (1165-1240), a la vista de la autenticidad de los cristianos que le rodeaban: "Aquel cuya enfermedad se llama Jesucristo no tiene curación". ¡Bendita enfermedad incurable, tenerte a ti como único Maestro, estar siempre a favor tuyo, no importar nada más que tu opinión y decidir considerar importante lo que lo es de verdad: tú y tu Evangelio, tu amor y tu Misericordia! (sigue tu oración personal).