Tiempo Ordinario/27°Salterio 3ª Semana. Tomo IV
Viernes 07 Octubre
NTRA. SRA. LA VIRGEN DEL ROSARIO.
Santos Justina vg mr, Martín Cid ab, Marcelo mr
Nuestra Señora la Virgen del Rosario
Papa Francisco: Desearía recordar la importancia y la belleza de la oración del santo Rosario. Recitando el Avemaría, se nos invita a contemplar los misterios de Jesús, a reflexionar sobre los momentos centrales de su vida, para que, como María y san José, Él sea el centro de nuestros pensamientos, de nuestras atenciones y acciones. Sería hermoso si se recitara el santo Rosario juntos en familia, con los amigos, en la parroquia. Aprendamos a rezar más en familia y como familia.
PALABRA:
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David: la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás pon nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin».Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible». María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».Y la dejó el ángel.
ORACIÓN:
Hechos 1,12-14; Salmo: Lucas 1,46-55 • LUCAS 1,26-31
SEÑOR, el rosario me invita cada día a dirigirme a tu Madre, tu mejor discípula, Madre de misericordia. Con ella, me uno a ti en la alegría de los misterios gozosos, recibo el resplandor de los luminosos, comparto el sufrimiento de los dolorosos, y exulto con
el triunfo de los gloriosos. Alabo a tu Madre y le pido: "Ruega por nosotro pecadores". Ella me escucha y tú a ella, porque ¿cómo vas a negar nada de lo mucho y bueno que tu Madre te pide para sus hijos y hermanos tuyos? (Sigue tu oración personal).