domingo, 23 de octubre de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 23/10/2016






Tiempo Ordinario/30°Salterio 2ª Semana. Tomo IV
Domingo 23 Octubre







Santos JUAN DE CAPISTRANO pb,
Marcos ob, Valerio di mr

 JORNADA MUNDIAL POR LA EVANGELIZACIÓN DE LOS PUEBLOS (DOMUND)
Papa Francisco: Nosotros a veces tenemos una gran prisa por juzgar, clasificar, poner de este lado a los buenos y del otro a los malos... Pero recordad la oración de ese hombre soberbio: «Oh Dios, te doy gracias porque yo soy bueno, no soy como los demás hombres, malos...» (cf. Lc 18,11-12). Dios en cambio sabe esperar. Él mira el «campo» de la vida de cada persona con paciencia y misericordia: ve mucho mejor que nosotros la suciedad y el mal, pero ve también los brotes de bien y espera con confianza que maduren. Dios es paciente, sabe esperar. Qué hermoso es esto: nuestro Dios es un padre paciente, que nos espera siempre y nos espera con el corazón en la mano para acogernos, para perdonamos. Él nos perdona siempre si vamos a Él.





PALABRA: 
• Eclesiástico 35,12-14.16-18: El Señor es un Dios justo que no puede ser parcial; no es parcial contra el pobre, escucha las súplicas del oprimido; no desoye los gritos del huérfano o de la viuda cuando repite su queja; sus penas consiguen su favor y su grito alcanza las nubes; los gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios no descansa; no ceja hasta que Dios le atiende y el juez justo le hace justicia.






Salmo 33,2-3.17-19.23: Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.






2Timoteo 4, 6-8.16-18:Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí sino a todos los que tienen amor a su venida. La primera vez que me defendí ante el tribunal, todos me abandonaron y nadie me asistió. —Que Dios lo perdone—. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me lleva a su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

LUCAS 18,9-14: Dijo Jesús esta parábola a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos, y despreciaban a los demás: «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era un fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:"¡Oh Dios!, te doy gracias, porque  no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo". El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador". Os digo que este bajó a su casa justificado y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido».

ORACIÓN:
SEÑOR, tú ya sabes lo bueno que hago, porque es tu obra, y no tengo que recordártelo como si fuera mío. Lo mío es el mal que hago. Eso sí que tengo que confesarlo humildemente. No hago nada de extraordinario, uniéndome a la humilde oración del publicano: ¡Ten compasión de este pecador! Tu Misericordia y tu perdón constituyen mi única tabla de salvación. Hacia ella camino, a la luz de la fe. (Sigue tu oración personal).








sábado, 22 de octubre de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 22/10/2016







Tiempo Ordinario/29° Salterio 1° Semana. Tomo IV 
Sábado 22 Octubre









Santos JUAN PABLO II pp, Nunilo y Alodía vgs mrs.
Beato Timoteo Giaccardo pb


Papa Francisco: En los momentos de tristeza y de abatimiento, cuando todo parecía perdido, san Juan Pablo II no perdía la esperanza, porque su fe y su esperanza estaban puestas en Dios. El pueblo polaco sabe bien que para entrar en la gloria es necesario pasar a través de la pasión y la cruz. Y lo sabe no porque lo ha estudiado, lo sabe porque lo ha vivido. San Juan Pablo II, como digno hijo de su patria terrena, recorrió este camino. Lo siguió de manera ejemplar, recibiendo de Dios un despojamiento total. Por ello «su carne descansa en la esperanza». ¿Y nosotros? ¿Estamos dispuestos a seguir este camino? San Pedro, también con la voz de san Juan Pablo II, os dice: «Comportaos con temor durante el tiempo de vuestra peregrinación» (1 P 1,17). Es verdad, somos viandantes, pero no errantes. En camino, pero sabemos adónde vamos. Los errantes no lo saben. Somos peregrinos, pero no vagabundos, como decía san Juan Pablo II.





PALABRA
En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo.Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?". Pero el viñador contestó:"Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas"».


ORACIÓN:

Efesios 4,7-16; Salmo 121,1-5 • LUCAS 13,1-9
SEÑOR, yo sería capaz de hacer las mayores barbaridades que condeno en otros, del pasado o del presente. No tengo derecho a enjuiciar a los demás. Si los que considero"malos"hubieran recibido de ti lo que tú me has dado, serían mucho mejores que yo. Gracias, por tu paciencia y tus cuidados conmigo. Es la demostración continua de tu Divina Misericordia, que tan bien entendió, vivió y extendió a toda la Iglesia san Juan Pablo II. Entre sus incontables y abrumadoras preocupaciones y desvelos en vida descansó en tu Amor Misericordioso. Y ahora vive para siempre a tu lado, y sigue
ayudando a la humanidad con su ejemplo, su doctrina y su intercesión. (Sigue tu oración personal).










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