domingo, 30 de octubre de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 29/10/2016


Tiempo Ordinario/30º Salterio 2° Semana. Tomo IV
Sábado 29 Octubre






Santos Narciso ob, Feliciano mr, Honorato ob,

Joaquín Royo pb mr



Papa Francisco: La historia de la salvación es la historia de la fidelidad de Dios y de la infidelidad del pueblo. Dios, sin embargo, no se cansa. Dios tiene paciencia, tiene mucha paciencia, y en el
tiempo sigue educando y formando a su pueblo, como un padre con su hijo. Dios camina con nosotros. Dice el profeta Oseas: «Yo he caminado contigo y te he enseñado a caminar como un papá enseña a caminar al niño». Hermosa esta imagen de Dios. Así es con nosotros: nos enseña a caminar. Y es la misma actitud que mantiene en relación con la Iglesia. Incluso nosotros, en nuestro propósito de seguir al Señor Jesús, experimentamos cada día el egoísmo y la dureza de nuestro corazón.






PALABRA:
Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos
para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convida-
dos escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola:
Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que te convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puesto a este". Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga:"Amigo, sube más arriba". Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».


ORACION:
Filipenses 1,18b-26; Salmo 41,2-5 • LUCAS 14,1.7-11
SEÑOR, la humildad es elemento esencial del ser cristiano. No tengo ningún motivo para considerarme mejor que los demás. Si hay algo bueno en mi vida es obra tuya, de lo que no puedo gloriarme y sí glorificarte. Y tengo muchos motivos para humillarme, sabiendo que soy un pecador y que "un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias". ¡Ten misericordia de mí, que soy un pecador! (Sigue tu oración personal).

Todo el que se enaltece será humillado,

y el que se humilla será enaltecido.









sábado, 29 de octubre de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 28/10/2016


Tiempo Ordinario/30° Salterio 2° Semana. Tomo IV
Viernes 28 Octubre





Santos SIMÓN y JUDAS TADEO aps, Fidel mr,
Francisco Serrano ob y co mrs, Rodrigo Aguilar pb mr

 Papa Francisco: Profesar que la Iglesia es apostólica significa subrayar el vínculo constitutivo que ella tiene con los Apóstoles, con aquel pequeño grupo de doce hombres que Jesús un día llamó a sí, les llamó por su nombre, para que permanecieran con Él y para enviarles a predicar (cf. Mc 3,13-19). «Apóstol», en efecto, es una palabra griega que quiere decir «mandado», «enviado». Un apóstol es una persona que es mandada, es enviada a hacer algo y los Apóstoles fueron elegidos, llamados y enviados por Jesús, para continuar su obra, o sea orar —es la primera labor de un apóstol— y, segundo, anunciar el Evangelio. Esto es importante, porque cuando pensamos en los Apóstoles podríamos pensar que fueron sólo a anunciar el Evangelio, a hacer muchas obras.






PALABRA
Subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro,
y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

ORACION:  Efesios 2,19-22; Salmo 18,2-5 • LUCAS 6,12-19
SEÑOR, después de orar, nombraste a tus elegidos por su nombre y apellido: un gesto más de tu Misericordia. y a mí me quieres como soy y me llamas por mi nombre. ¡librame de la traición de Judas (Iscariote), de las negaciones de Pedro, de las ambiciones de Santiago y Juan, del abandono de todos en la Pasión! ¡Ayúdame a serte siempre fiel, como fueron los apóstoles después de recibir en Pentecostés el amor incondicional a ti y el inmenso regalo -que extenderían por todo el mundo- de la fe! (Sigue tu oración personal).







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