Salterio 4ªSemana. Tomo I Adviento 4º
Lunes 19 Diciembre
FERIA MAYOR
Santos Anastasio I pp, Urbano V pp, Gregorio ob
Papa Francisco: Isabel y Zacarías estaban felices por el embarazo que parecía imposible a su edad, pero es la joven María quien les lleva la alegría plena, la que viene de Jesús -que vivía en su vientre-, y del Espíritu Santo y se expresa en la caridad gratuita, en compartir, en ayudarse, en comprenderse. Y nosotros, que somos la Iglesia, ¿cuál es el amor que llevamos a los demás? ¿Es el amor de Jesús, que comparte, que perdona, que acompaña?
PALABRA: Una vez que Zacarías oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso.Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan.Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto». Zacarías replicó al ángel: «¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada». El ángel le contestó: «Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento». Días después concibió Isabel, su mujer.
ORACIÓN:
Jueces 13,2-7.24-25a; Salmo 70,3-6.16-17 • LUCAS 1,8-20.24
OH RENUEVO, del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen, y cuyo auxilio imploran las naciones; tu nombre, Jesús, es garantía de salvación. ¡Ven a librarnos, no tardes más! Te espero con impaciencia y esperanza. (sigue tu oración personal).