Cultivarse es crecer, la ira no hace nada por nadie, la paciencia es la madre del buen carácter, quienes la cultivan disfrutaran de larga vida
jueves, 5 de enero de 2017
CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 04/01/2016
II de Navidad Oficio propio
Si 24,1-2.8-12/Sal 147 / Ef 1,3-6.15-18
/Jn 1,1-18
Miércoles 04 Enero
Santos
Genoveva Torres Morales; Isabel Ana BavlevSeton:
Ángela de Foligno; Bto. Manuel González García
PALABRA:
Sirácida 24;1-2,8-12
La sabiduría se alaba a sí misma, se gloría en medio de su pueblo, abre la boca en la asamblea del Altísimo y se gloría delante de sus Potestades. En medio de su pueblo será ensalzada, y admirada en la congregación plena de los santos; recibirá alabanzas de la muchedumbre de los escogidos y será bendita entre los benditos. El Creador del universo me ordenó, el Creador estableció mi morada: «Habita en Jacob, sea Israel tu heredad». Desde el principio, antes de los siglos, me creó, y no cesaré jamás. En la santa morada, en su presencia, ofrecí culto y en Sión me establecí; en la ciudad escogida me hizo descansar, en Jerusalén reside mi poder. Eché raíces entre un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad, y resido en la congregación plena de los santos.
Salmo 147:
La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.
Efesios 1,3-6.15-18:
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos-ha destinada en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por eso yo, que he oído hablar de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mi oración, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos.
Juan 1,1-18:
En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba juntó a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo"». Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en,el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
ORACIÓN:
La fe cristiana no es adhesión a un dios genérico o indefinido, sino al Dios vivo que en Jesucristo, Verbo hecho carne, ha entrado en nuestra historia y se ha revelado como Redentor del hombre. Abramos de par en par nuestro corazón a su presencia, a sus constantes susurros que nos anuncian y señalan otros senderos de felicidad.
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PALABRA Y VIDA
martes, 3 de enero de 2017
CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 03/01/2017
Feria de Navidad Oficio Propio
Un 2,29-3,6/Sal 97 /In 1,29-34
Martes 03 enero
Stmo. Nombre de
Jesús, m.l.
Genoveva; Antero;
Daniel de Padua;
Florencio
PALABRA:
Juan 1,29=34
Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: «Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo". Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que ha de bautizar con Espíritu Santo". Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».
Testimonio esplendoroso y magnífico:
Juan el Bautista nos ofrece hoy su testimonio esplendoroso y magnífico: «Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo». Ante este testimonio que conserva dentro de la Iglesia la misma energía de hace dos mil años, podemos preguntarnos: «En medio de una cultura laicista que niega el pecado, ¿contemplo yo a Jesús como aquel que me salva del mal moral? En medio de una corriente de opinión que solo ve en Jesús un hombre religioso, extraordinario, ¿creo yo en él como aquel que existe desde siempre, antes que Juan, antes de que el mundo fuera creado? En medio de un mundo desorientado, ¿admito a Jesús como aquel que da sentido definitivo a mi vida?». Y una última pregunta: «¿Mi "sí" a Jesús es tan absoluto que también yo proclamo a los demás, como Juan hacía: "¡Os doy testimonio de que Cristo es el Hijo de Dios!"?». Las respuestas pueden brotar de nuestro corazón.
ORACIÓN:
Señor, hoy, al comienzo del año nuevo, en estas primeras jornadas festivas del calendario, yo quiero proclamarte mi salvador, el que de verdad puede dar sentido a mis pasos, a mis afanes y latidos. Y abrirte de par en par las puertas de mi corazón.
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