sábado, 18 de febrero de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 18/02/2017




T. II. 4º del salterio 
Jl 2,12-18 / Sal 50/ 
2Cor 5,20-6,2 / Mt 
6,1-6.16-18
Sábado 18 Febrero






Bernardita

Soubirous; Flaviano; 
Bto. Angélico; 
Bto. Jerzy Kaszyra



PALABRA:
Mateo 6,1-6. 6- 8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente qu ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cu ndo ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».


Tiempo de conversión
Hoy comenzamos nuestro itinerario hacia la Pascua, colocando sobre nuestras cabezas un poco de ceniza: «Convertíos y creed en el evangelio». La Cuaresma no es meta, es camino que nos lleva a la resurrección. Tiempo de silencio interior, de examen de conciencia, para detectar nuestras sombras e iluminarlas con el perdón, con la misericordia, con la confesión, con la conversión a Dios. Tiempo de oración, de trato con el Señor. Tiempo de ayuno, de eliminar aquellos obstáculos que nos impiden ser mejores, de saber elegir lo importante, antes que lo urgente. Tiempo de limosna, de saber compartir cualidades, bienes, tiempo, vida. La auténtica caridad no se limita a «dar» limosna, sino que nos exige «darnos» a nosotros mismos.

             





CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 17/02/2017

VI del TO.
2° del salterio
Gén 6,5-8; 7,1-5.10
/Sal 28/ Mc
8,14-21
Viernes 17 Febrero









Siete Santos
Fundadores, m.l.
Engracia de Braga;
Bto. Antonio
Lesczewicz


PALABRA:
Marcos 8,14-21
En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían más que un pan en la barca. Jesús les recomendó: «Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes». Ellos comentaban: «Lo dice porque no tenemos pan». Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?». Ellos contestaron: «Doce». «AY cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?». Le respondieron: «Siete». Él les dijo: «AY no acabáis de entender?».



Preciosos mensajes en pequeñas anécdotas
Este pasaje no es muy conocido. Y, sin embargo, tiene hermosas lecciones para nosotros: primera, los discípulos no acaban de enterarse de las enseñanzas de Jesús y se lo echa en cara; segunda, los discípulos no habían captado la dimensión de las dos multiplicaciones de los panes y, probablemente, creyeron que, en cualquier momento, el Maestro volvería a repetir la operación; tercero, Jesús previene a sus discípulos del mundo de las «influencias humanas» y se refiere a la «levadura-influjo» de Herodes y los fariseos. El caso es que de la pequeña anécdota del olvido del pan en el viaje, Jesús va sacando enseñanzas prácticas para instruir a sus discípulos. A nosotros puede ocurrirnos igual: no acabamos de escuchar y asimilar los constantes mensajes que Dios nos envía en las pequeñas anécdotas de la vida.




Señor, haz que estemos atentos a la vida, al discurrir de la historia, a las pequeñas anécdotas de cada jornada. ¡Cuánto nos enseña el libro de la vida! Pero hemos de estar atentos, abrir los ojos para captar lo que quieres decirnos, lo que pretendes enseñarnos!





              





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