III de Cuaresma
3° del salterio
Os 14,2-10 / Sal 80 /
MI 12,28-34
Lunes 13 Marzo
Rodrigo y Salomón;
Nicéforo; Arabia;
Sancha
PALABRA:
Marcos 12, 28-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?». Respondió jesús: «El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser': El segundo es este: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo': No hay mandamiento mayor que estos». El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
«Si me falta el amor...»
Jesús ofrece el amor como argumento central del cristianismo: «si me falta el amor, no soy nada, me falta todo». Su principal mandamiento es el amor a Dios. Y añade que el amor al prójimo va unido al amor a Dios. El amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables, de tal forma que no es posible amar a Dios si no es a través del amor que le tenemos al prójimo. «Todo el que anda cien metros sin amor, camina hacia sus propios funerales con el sudario puesto», proclamaban los versos del poeta. ¡Hemos de convencernos! Ser cristianos es abrirnos al amor de Dios y derramar después ese amor a los hermanos, con nuestras palabras, nuestros gestos más hermosos, nuestras acciones más humanas y entrañables que confirmen ese amor en todo momento.
Señor, danos tu amor, pero, sobre todo, haz que lo sintamos en nuestro corazón. Y que no tengamos que lamentarnos como san Agustín, cuando decía: «Tarde te amé.. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo». Que tu presencia nos ilumine y nos haga caminar en la verdad, en la vida y en el amor.