sábado, 29 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 28/04/2017






IV de Pascua
4° del salterio
He 11,19-26/Sal 86
/Jn 10,22-30







S. Pedro Chanel
/ S. Luis María
Grignion de 
Montfort, m.I. 
Gianna Beretta; 
Prudencio;Vidal

PALABRA:
Juan 10,22-30
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente». Jesús les respondió: «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno».

Transparentar el Evangelio
Son los fariseos los que piden a Cristo que hable con franqueza. ¡Tremenda paradoja! Los maestros del sofisma y del engaño, los seculares portadores de una salvación imposible para ellos y para los demás, exigen la Palabra encarnada, palabra veraz, que hable con verdad y sencillez. ¿Se puede brindar a nuestra consideración mayor sin-sentido? Con todo, la escena nos sirve para recordar que queremos responder sinceramente a cada una de las circunstancias de la vida. Deseamos, por todos los medios, escapar de la doblez farisaica que conduce a la soledad y al aislamiento. ¿Qué podemos hacer para ser más sinceros? Escuchar y meditar las palabras de Pedro: «Señor, ¡Tú lo sabes todo!». Gustar la presencia de Dios es el mejor modo de decir siempre la verdad al prójimo y al Señor, siempre presente. Somos veraces con los demás porque somos verdaderos delante de Dios.




Tenemos miedo de aparecer con nuestros defectos, Señor, que el pueblo de Dios nos ayudaría a corregir. Quizás no tenemos bastante fe en la Iglesia llevada por el Espíritu. Todo es cuestión de que logre esa sintonía entre mi fe y mi vida. La verdad consiste en «ser», no «aparentar».
        


viernes, 28 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 27/04/2017



Jueves 27 Abril
IV de Pascua
4° del salterio
He 11,1-18 / Sa141 /Jn 10,1-10










Na Sra. de
Montserrat; Zita 
de Luca; Pedro 
Armengol; Bta. Mª 
Antonia Bandrés



PALABRA:
Juan 10,22-30
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Os aseguro que el qu no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sin que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; per el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. este le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las sac fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina de lante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conoce su voz; a un extraño no lp seguirán, sino que huirá de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les puso est comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por es añadió Jesús: «Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todo los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero la ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí s salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entr sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que ten gan vida y la tengan abundante».



Jesús es la puerta
La metáfora nos abre al mundo que Jesús nos trae: que todos tengamos vida, un vida plenamente humana y feliz. Por eso, nos dirá también: «Yo he venido para qu tengan vida». Jesús, acceso a la plenitud total de vida. Esta puerta está siempr abierta, no tiene un horario de visita ni tampoco un tiempo señalado para recibirnos Esta puerta está abierta para todos cuantos llamen, o bien directamente, desde I esperanza y la fe, o bien desde la orilla de la búsqueda y de la buena voluntad. Est puerta nos garantiza el acceso a un mundo nuevo, con rutas que tienen siempre u mismo destino: palpar que el mundo tiene un Padre de ternuras y bondades que n ha creado, nos ha colocado en el escenario de la historia, nos ha dado una misió que cumplir y un proyecto que realizar, nos acompaña, nos lleva de la mano. No garantiza la plenitud.                                                                                                                                                                                                                                                       




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