martes, 6 de junio de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 05/06/2017



Lunes 05 Junio
IX del T.O
lº del salterio
Tob 11,5-17 / Sal
145 / Mc 12,35-37



S. Bonifacio, m.o. 
Ciriaco; Faustino; 
Doroteo; Nicandro

PALABRA:
Marcos 12,35-37
En aquel tiempo, mientras enseñaba en el templo Jesús preguntó: «¿Cómo dicen los escribas que Mesías es hijo de David? El mismo David, inspirado por el Espíritu Santo, dice: "Dijo el Señor a mi Señor Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies". Si el mismo David lo llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?». La gente, que era mucha, disfrutaba escuchándolo.


La gente disfrutaba escuchando a Jesús
La última línea .del texto es la clave: «La gente disfrutaba escuchando a Jesús». ¿Por qué? Probablemente, porque les interesaba lo que decía; porque les gustaba cómo les hablaba: con claridad, con convicción profunda, con transmisión directa. El fondo de este texto es buscar parecido al reino de Cristo con el reino de David, y de ahí la discusión. Los letrados enseñaban que el Mesías tenía que ser como David, es decir, un rey guerrero, victorioso, que llegaba para expulsar a los romanos. Jesús aclara, explica, convence: el Mesías es otra historia. Y la gente acepta su palabra, se siente a gusto con sus explicaciones, con sus enseñanzas. Necesitamos una formación seria que nos haga afrontar las cuestiones más difíciles. Necesitamos formadores que nos cautiven con la claridad de su palabra, con la fuerza de sus argumentos, con el testimonio de sus vidas.

Toda tierra es cautiverio, toda tierra es reconquista, toda tierra es patria nuestra. Todos somos extranjeros, en esta tierra del tiempo, en medio de un pueblo en éxodo.













domingo, 4 de junio de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMNGO 04/06/2017




Domingo 04  Junio
IX del TO.
1° del salterio 
Tob 6,10-11; 7,1.9-
17; 8,4-9a /Sal 127
/ Mc 12,28b-34





Francisco Caracciolo;
Cornelio de Armagh;
Felipe Smaldone

PALABRA:
Marcos 12,28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?».Respondió Jesús: «El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser". El segundo es este: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo': No hay mandamiento mayor que estos». El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo corno a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.


No tengamos miedo a preguntar
Jesús admite mil preguntas y a todas va ofreciendo una repuesta de luz y de esperanza. Todos tenemos interrogantes ante cuestiones difíciles, ante situaciones que no entendemos. ¿Cómo hemos de organizar nuestra vida? ¿Cuál es la norma suprema de nuestra conducta? Probablemente, aquel letrado ha descubierto el contraste que puede darse en las observancias religiosas y el amor a Dios y al prójimo. Por eso, Jesús le responde con claridad: el centro de la vida es Dios, vinculado al ser humano, de tal forma que lo uno es inseparable de lo otro. La religión no puede desembocar en agresiones contra el prójimo. Ha de brillar en nuestro corazón el amor a Dios y a nuestros hermanos. No hemos de tener miedo a las preguntas, porque nos harán salir de dudas y nos ofrecerán las mejores soluciones.


Seños, ¡cuantos interrogantes a lo largo de nuestra vida! Respóndenos Tú, para que podamos caminar alegres y confiados. Tú tienes palabras de vida eterna.







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