viernes, 7 de julio de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 06/07/2017


Jueves 06 Julio
XIV del T.O.
2° del salterio
Gén 28,10-22a /Sal 
90 / Mt 9,18-26








Sta. María 
Goretti, m.I. 
Nª Sra. de Sonsoles;
Isaías; Bta. Nazaria
Ignacia March


PALABRA:
Mateo 9,18-26
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá». Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con solo tocarle el manto se curaría. Jesús se volvió y, al verla, le dijo: «¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado». Y en aquel momento quedó curada la mujer. Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: «¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida». Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca.



Curar, convivir, enseñar
En este pasaje contemplamos la actividad que Jesús realiza en su vida pública: curar, convivir, enseñar. Curar a personas enfermas, recibirlas, acogerlas, ofrecerles solución a su problema concreto. Convivir con todo el Mundo, en muchas ocasiones asistiendo a comidas en casas particulares, porque la convivencia supone compartir vida, inquietudes, preocupaciones, anhelos, horizontes. Y enseñar, ir trazando caminos, ofreciendo criterios, transmitiendo valores. Podemos ver claramente cómo el centro de la actividad de Jesús fue el ser humano: con sus preocupaciones, sus problemas, sus inquietudes.



«Abriré el corazón rotundamente, igual que una granada. Para que se lo lleven, grano a grano, los pájaros del cielo, las almas de los hombres». Abrir el corazón es ofrecer la vida y entregarla por entero al servicio de nuestro prójimo.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 







jueves, 6 de julio de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 05/07/2017




Miércoles 05 Julio
2° del salterio

Ez 2,2-5 / Sal 122 
/ 2Cor 12,7-10/
Mc 6,1-6






Antonio María 

Zaccaria; Guillermo 
de Hirsau; Filomena; 
Numeriano

PALABRA:
Ezequiel 2,3-5
En aquellos días, el espíritu entró en mí, me puso en pie, y oí que me decía: «Hijo de Adán, yo te envío a los Israelitas, a un pueblo rebelde que se ha rebelado contra mí. Sus padres y ellos me han ofendido hasta el presente día. También los hijos son testarudos y obstinados; a ellos te envío para que les digas: "Esto dice el Señor". Ellos, te hagan caso o no te hagan caso, pues son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos».





Salmo122
Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia.









2Corintios 12,7-10
Hermanos: Para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne: un ángel de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio. Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido: «Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad». Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Po'r eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Marcos 6,1-6
En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas, ¿no viven con nosotros aquí?». Y esto les resultaba escandaloso. Jesús les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa». No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.


¿Y por qué rechazan a Jesús?  
Esta es la pregunta: ¿por qué sus paisanos rechazan a Jesús? ¿Acaso no les trata bien ¿No les habla con claridad y sencillez? Ocurre igual en nuestra sociedad de hoy: ¿Cual es el mensaje de Jesucristo? El amor de Dios al hombre, la salvación de la humanidad, la construcción de un mundo mejor por más humano y por más cristiano. ¿Por qué entonces, el rechazo frontal? Sencillamente, aquellos paisanos suyos no descubren sus verdaderas señas de identidad, no le valoran, le miran a ras de tierra, no se fían ni confían en Él, le envidian en último término. Para descubrir a Cristo hace falta siempre una mirada limpia, sencilla, sincera. No podemos colocarlo entre los enredos de nuestros intereses, afanes y visiones rastreros de la vida.



¡Señor Jesús, mi fuerza y mi fracaso eres Tú! ¡Mi herencia y mi pobreza! ¡Tú, mi justicia, Jesús, mi guerra y mi paz! ¡Mi libre libertad! ¡Palabra de mis gritos, silencio de mi espera!











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