domingo, 23 de julio de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 22/07/2017

Sábado 22 Julio
XVI del T.O.
4ºdel salterio
Ex 16,7-5. 9-15 / 
Sal 77 / Mt 13,1-9 
(o bien: Cant 3,1-4a 
/Sal 62/ Jn 20,
1.11-18)



Sta. Maria
Magdalena, m.o. 
Cirilo de Antioguia; 
PlatOn; TeOfilo

PALABRA:
Mateo 13,1-9
Aquel día, salio Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió tanta gente a el que tuvo que subirse a una barca; se sentó y la gente se quedo de pie en la orilla. Les hablo mucho rato en parábolas: «Salio el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenían tierra; y como la tierra no era profunda, broto en seguida; pero, en cuanto salio el sol, se abraso y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayo en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga».


Atentos a .nuestro corazón!
La semilla esta ahi, en la mano del sembrador, que la arroja con fuerza y con ilusión a la besana de nuestros corazones. Jesús nos va señalando en Ia parábola las distintas clases de tierra, las distintas situaciones para acoger la semilla: el borde del camino, donde la semilla se pierde; el terreno pedregoso, sin profundidad alguna, donde Ia semilla no puede apenas brotar; el terreno Ileno de zarzas y de malas hierbas que no dejan crecer Ia semilla. Y, al fin, Ia tierra buena, la que produce abundantes frutos. iCómo «fabricar» esa tierra buena? Abriéndonos con ilusión y esperanza a Ia Ilegada de la semilla, confiando en su fuerza transformadora. Acoger y cuidar, valorar y confiar. Son aptitudes básicas de una buena tierra que recibe la mejor semilla.


Señor, yo quiero ser esa tierra buena que acoge tu semilla, que escucha tu palabra, que se abre al riego de tu gracia y de tus dones; quiero ser besana confiada, para poder así saborear el fruto de una buena cosecha.



                














sábado, 22 de julio de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 21/07/2017



Viernes 21 Julio
XVI del T.O.
4° del salterio
Éx 14,21-15,1 /
Sal ex 15,8-17 / Mt
12,46-50






Brindis, m.l.
Arbogastro; Daniel;
Víctor de Marsella;
Práxedes

Añadir leyenda
PALABRA:
Mateo 12,46-50
En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él. Uno se lo avisó: «Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo». Pero él contestó al que le avisaba: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y, señalando con la mano a los discípulos, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre».

Las relaciones de parentesco
Jesús se marcha de su casa para predicar la Buena Noticia de la salvación, para anunciar el reino de los cielos. Pero eso no quiere decir que abandone a su familia y, menos aún, que la desprecie. Lo que Jesús nos deja claro es que las relaciones de parentesco no son las más fuertes, ni tienen que ser las más determinantes para una persona. Por encima de la familia éstará siempre la vocación a la que Dios nos llama, los caminos que desea que recorramos en la realización del proyecto de nuestra vida. Habrá un momento en que tengamos que dejar padre, madre, vínculos familiares, porque Dios nos llama a emprender nuevos caminos.


Señor, haz que tenga mis oídos abiertos para escuchar tu voz, para saber bien lo que quieres de mí, lo que me propones, lo que deseas como proyecto principal de mi existencia. Si he de dejar mi familia, la dejaré. Porque habrá una familia nueva que me acoja y me proteja siempre.












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