lunes, 28 de agosto de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 27/08/2017



Domingo 27 Agosto
XXI del T.O.
1° del salterio
1Tes 3,7-13 /Sal 89
/ Mt 24,42-51






Sta. Mónica, m.o.
Cesáreo de Arles;
Gabriel Ma Nicolás;
Orondo; Bta. Ma
Pilar Izquierdo

PALABRA:
Mateo 24,42-51
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichoso ese criado, si el amo, al llegar, le encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, mandándolo a donde se manda a los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».


Caminamos con Jesús
«Estar en vela» no significa vivir en soledad, sino caminar con Jesús. No podemos plantear la vida como un destierro, sin más, sino como una hermosa singladura de esperanza. Es posible que no nos encontremos «caminos maravillosos», pero puede ser verdad —de nosotros depende y en nuestra mano está—, que nosotros seamos «caminantes maravillados». Este pasaje no es para temblar sino para sentir la emoción del encuentro: el cristianismo no es una idea ni una ideología, nos dejó dicho Benedicto XVI, sino un acontecimiento, un encuentro constante con el Señor Jesús, atentos siempre a su paso, a sus llamadas e invitaciones. «Caminar con Jesús» nos cambia la vida por completo.

Como Mónica, la madre de.Agustín de Hipona, nosotros queremos poner en nuestras mejillas lágrimas de dolor por las ausencias de nuestros hijos, por los abandonos de nuestros compromisos, por tantas infidelidades injustas como protagonizamos. Las lágrimas de las madres conmueven especialmente el corazón de Dios.








domingo, 27 de agosto de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 26/08/2017




Sabado 26 Agosto
XXI del T O.
lº del salterio
1Tes 2,9-13 / Sal 
138 / Mt 23,27-32







Sta. Teresa de
Jesús Jornet, m.o. 
Ceferino; Alejandro; 
Geroncio; Teodoro; 
Bta. Mª de Jesús 
Crucificado

PALABRA:
Mateo 23,27-32
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo "Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas"! ¡Con esto atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a lo profetas! ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!»


La responsabilidad de los dirigentes
Jesús se dirige a los letrados y fariseos, echándoles en cara su hipocresía. Y lo hace con expresiones tan duras que algunos exégetas dudan de que salieran así de labios de Jesús. Dos consideraciones urgentes: primera, la responsabilidad de los líderes religiosos; segunda, la necesidad de unos profetas que anuncien y denuncien. Lo discípulos de Jesús hemos de ser conscientes de lo que supone presentarnos así ante la sociedad de nuestro tiempo. Porque será nuestro estilo, nuestro aroma, nuestra palabras y, sobre todo, nuestras acciones, lo que más impacte, lo que más atraiga o aleje a la gente de la religión. De ahí, la necesidad de un profetismo auténtico que señale con fuerza nuestras debilidades, para ponerles remedio.


Señor, hazme coherente en mi caminar como discípulo tuyo, en esa hermosa sintonía de pensar lo que digo, decir lo que pienso, hacer lo que digo y pienso, con fidelidad a tu evangelio. Ciertamente, la hipocresía es lo que más nos aleja de Ti y de tu reino, porque convierte nuestras vidas en una pura falsedad.








cultivarseescrecer Chanel