miércoles, 20 de septiembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 19/09/2017


Martes 19 Septiembre
XXIV del T.O.
4° del salterio
?Tira 6,13-16/Sal
99 / Lc 8,4-15





S. Jenaro, m.I.
María de Cervelló;
Emilia Md
Guillermina de
Rodat; Pomposa;
Alfonso de Orozco



PALABRA:
Lucas 8,4-15
En aquel tiempo, se le juntaba a Jesús mucha gente y, al pasar por los pueblos, otros se iban añadiendo. Entonces les dijo esta parábola: «Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso y, al crecer, se secó por falta de humedad. Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y, al crecer, dio fruto al ciento por uno». Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga». Entonces le preguntaron los discípulos: «¿Qué significa esa parábola?». El les respondió: «A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de Dios; a los demás, solo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan. El sentido de la parábola es este: La semilla es la palabra de Dios. Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Los del terreno pedre so son los que, al escucharla, reciben la palabra con alegría, pero no ti nen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan. Lo que cayó entre zarzas son los que escuchan, pero, con los afanes y riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no maduran. Los de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando».

La buena semilla y la tierra que la acoge
Nuestra vida irradia tres hermosos destellos: somos caminantes, sembradores y testigos. Caminantes que avanzan a sus metas más preciadas; sembradores que arrojan mil semillas en la besana del mundo; testigos que realizan los hermosos proyectos que Dios nos encomienda. Jesús es el caminanteiel sembrador y el testigo por excelencia. Dos reflexiones ante la parábola: primera, nosotros, como sembradores, ¿sembramos lo que tenemos que sembrar con lenguaje claro e inteligible? Segunda reflexión: ¿cómo es nuestra tierra para acoger la Palabra: tierra de camino, tierra pedregosa o tierra con cardos?



                



martes, 19 de septiembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 18/09/2017




Lunes 18 Septiembre
XXIV DEL T.O
4° del salterio 
1Tim 6,2c-12 /Sal
48/ Lc 8,1-3







Irene; Sofía; 
José de Cupertino


PALABRA:
Lucas 8,1-3
En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.



El trato de Jesús con las mujeres
El texto es breve pero sus mensajes son luminosos: primero, se destaca la presencia de las mujeres siguiendo también a Jesús, con lo que rompe los esquemas culturales y las costumbres de aquel tiempo; segundo, la libertad y la humanidad de Jesús, eliminando tratos discriminatorios; tercero, en sus apariciones como resucitado la mujer tiene primacía y papel destacado; cuarto, Jesús no tiene en cuenta las normas que marginaban a la mujer, sin derecho ni igualdad con el hombre; quinto, la generosidad de aquellas mujeres que le ayudaban con sus bienes.


Señor, un himno de gratitud se alza por tantos bienes recibidos de Ti, por devolvernos la dignidad perdida, pero, sobre todo, por ese trato de igualdad y de justicia que practicas, rescatando para la mujer su gran misión en la historia de la humanidad





              




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