miércoles, 4 de octubre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 03/10/2017


Martes 03 Octubre
XXVI del T.O.
2° del salterio
Bar 4,5-12.27-29 /
Sal 68 / Lc 10,17-24




S. Francisco de
Borja, m.l.
Gerardo de Brogne;
Marcos; Virila; Bto.-
Columba Marmion

PALABRA:
Lucas 10,17-24
En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre». Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo». En aquel momento, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar». Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron».

La gente sencilla
Aquellos discípulos vuelven contentos, entusiasmados, de su primera experiencia pastoral: «Hasta los demonios se nos someten en tu nombre». Todo parece fácil. En aquel momento, Cristo puntualiza: «No estéis alegres por los prodigios realizados sino porque vuestros nombres están inscritos en el corazón de Dios». E inmediatamente, el Señor alaba a la gente sencilla, porque abren de par en par la puerta de su vida a la voz de Dios. Cristo nos adentra así In el mundo de la gratuidad y en el valor supremo de los dones. No se trata de saber mucho sino de amar, de confiar, de escuchar la palabra de Dios y ponerla por obra.





Señor, danos un corazón sencillo que sepa abrirse a tu presencia, escuchar con atención tu voz y vivir lo que nos dices, recorriendo los caminos que nos indicas. La sabiduría de la cruz es la que cuenta.


                            






martes, 3 de octubre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 02/10/2017



Lunes 02 Septiembre
XXVI del T.O.
2° del salterio
Bar 1,15-22/Sal 78 
/ Lc 10,13-16 (o bien: 
Ex 23,20-23a /Sal 
90/ Mt 18,1-5.10)






Stos. Ángeles 
Custodios, m.o.
Saturio; Eleuterio; 
Olegario

PALABRA:
Lucas 10,13-16
En aquel tiempo, dijo Jesús: «¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y á Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».



El ángel que custodia nuestra vida
El evangelio nos ofrece las palabras de Jesús identificándose con sus discípulos: «quien a vosotros os escucha, a Mí me escucha». La liturgia de la Iglesia celebra la fiesta de los santos Ángeles custodios, de los que nos hablan los santos Padres. Son los ángeles que cada uno llevamos a nuestro lado desde el día de nuestro nacimiento: «Cada uno de los fieles tiene a su lado un ángel como educador y pastor que le dirige su vida», nos dirá san Ambrosio. ¡Qué buena falta nos hace un ángel a nuestro lado! Y no solo para que nos preserve de los peligros, sino para que nos aliente en nuestro caminar, para que nos infunda esa ilusión, esa paz, esa alegría que todos necesitamos para seguir caminando. En muchas ocasiones, habremos notado su presencia.

Señor, haz que sintamos en nuestras vidas la presencia de ese ángel custodio que nos ofreces en nuestra vida. Que sepamos gozar de su presencia, escuchar sus consejos y hacerle caso en las sugerencias invisibles que transmite a nuestro corazón.

                







cultivarseescrecer Chanel