Viernes 06 Septiembre
3° del salterio
XXVII del T.O.
Jon 3,1-10/Sal 129
/ Lc 10,38-42
S. Bruno, m.I.
Adalberón; Bta. Mª
Ana Mogas
Lucas 10,38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano». Pero el Señor le contestó: «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; solo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán».
El evangelio nos ofrece el contraste: Marta, que se afana por las actividades domésticas; María, a los pies de Jesús, embobada con su palabra. La queja de Marta encuentra la hermosa sugerencia de Jesús: «Nos preocupamos por muchas cosas, y, a veces, dejamos a un lado las que son realmente importantes y necesarias». Son muchas las personas que llevan en su agenda este precioso eslogan: «primero, lo importante; después, lo urgente». Hoy tenemos un recuerdo especial y una plegaria encendida por todos los que viven su vida en la consagración, en la contemplación, en el silencio y en la paz de los claustros. Especialmente, hoy, para los cartujos.
Señor, primero lo importante: la escucha atenta de tu Palabra, las señales de nuestra vocación y nuestra misión en la vida, la realización de tu voluntad, cada jornada.