martes, 17 de octubre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 16/10/2017


Lunes 16 Octubre 
XXVIII del T.0
4a del salterio 
Rom 4,1-8 / Sal 37 /
LC 12,1-7






Sta. Margarita Mª
Alacoque / Sta.
Eduvigis, m.l.
Alacoque /Sta.
Gerardo Mayela;
Galo, Ma Margarita
Dufrost, Bto. Juan de
Palafox 


PALABRA:
Lucas 12,1-7
En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digáis de noche se repetirá a pleno día, y lo que digáis  al oído en el sótano se pregonará desde la azotea. A vosotros os digo, amigos míos: no  tengáis   miedo a los que matan el cuerpo,   pero   no  pueden hacer más. Os voy a decir a quién tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después echar al infierno. A este tenéis que temer, os lo digo yo. ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados. Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los  gorriones».


Jesús nos habla claro
Jesús nos habla claro: primero, no tengáis miedo, porque el miedo paraliza nuestro caminar, enciende alarmas y oscurece el camino; segundo, no séáis hipócritas, porque todo quedará al descubierto; tercero, tened plena confianza en el Padre, que cuida hasta de los pajarillos del campo. Es verdad. Todos anteponemos nuestra imagen pública a la realidad de nuestra vida. Nadie quiere aparecer externamente como en realidad es. Cristo nos invita a caminar entre luces, abiertos a la verdad. La hipocresía, el miedo, la desconfianza, siembran la mentira, nos quitan la Paz, generan alejamiento, eliminan credibilidad. Nada hay mejor que la sencillez de nuestras vidas,abriéndose a todos los paisajes, para hacer que brille el sol de la verdad.



Señor, todos albergamos en el corazón, acaso sin darnos cuenta, huellas de ese fariseísmo, en el que puede más la vanidad que la verdad; puede más la apariencia que el bien real Haznos luminosos y transparentes en todo momento.




              




lunes, 16 de octubre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 15/10/2017 DÍA DE SANTA TERESA DE JESÚS (DÍA DE LOS HIJOS DE OYÁ)



Domingo 15 Octubre
Oficio de la f
Si 15,1-6/Sal 88/
Mt 11,25-30





Sta. Teresa de
Jesús, f.
Bruno de Ouerltiii,
Aurelia de
Estrasburgo

PALABRA:
Mateo 11,25-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

El secreto de Teresa de Jesús
Nuestra mirada se dirige hoy a Teresa de Jesús, mística, fundadora, escritora. Su silueta brilla en el horizonte de la Iglesia con fuerza apasionante. Y el clamor de sus versos encendidos sigue adentrándose en los corazones jóvenes: «Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa. Solo Dios basta». En el evangelio, Cristo nos invita al descanso, no tanto para desentendernos de la realidad, sino para recuperar las fuerzas, las ilusiones, los horizontes, las espéranzas. ¡Qué buen lugar puede ser un monasterio, con sus claustros, con sus jardines, con su huerta, con su paz y silencio! Teresa de Jesús nos deja una hermosa lección, cuando la Iglesia vivía tiempos recios «decidí hacer aquello poquito que yo puedo y hay en mí: «cumplir mejor las reglas del Carmelo y hacerlas cumplir a mi comunidad». El secreto no puede ser más hermoso.



A veces es necesario guardar silencio para ser escuchado. Quizás en el silencio se oigan mejor las otras voces: la de la conciencia, la del corazón, la del prójimo lastimado y necesitado.



    
              




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