jueves, 19 de octubre de 2017

CULTÍVATE CONB LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 18/10/2017



Miércoles 18 Octubre
lº del salterio
Is 53,10-11 / 5al 32
/ Heb 4,14-76 / Mc 
10,35-45





Lucas evangelista; 
Julián; Justo; 
Teobaldo

PALABRA:
Isaías 53,10-11
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará suS años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo 
justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.







Salmo 32
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.




Hebreos 4,14-16
Hermanos: Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con se-
guridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.


Mateo 10,35-45
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir». Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?». Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?». Contestaron: «Lo somos». Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado». Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos».

Lo nuestro es servir y dar la vida
Esta página del evangelio nos invita a la rectitud de intención en nuestra vida cristiana. ¿Qué es lo que buscamos en el cristianismo? ¿Qué buscaban los hijos del Zebedeo, Santiago y Juan? ¿Buscaban la cercanía y el poder de los primeros puestos? Esta es la pregunta, que exige una respuesta clara y diáfana. El problema no está en la existencia del poder, sino en el ejercicio de ese poder. También a nosotros nos atrae el ser grandes y no servidores, el ser los primeros y no los esclavos de todos. La lección de Cristo es tajante: «ha venido para servir y danta vida en rescate por todos». No se trata de imponer, de dominar, de controlar, sino de servir y dar la vida.

Señor; te pedimos hoy por nuestros misioneros y misioneras, por las misiones, por este Domund, que brota como jornada urgente para que propaguemos tu reino hasta los confines del mundo.









miércoles, 18 de octubre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 17/10/2017




Martes 17 Octubre
XXVIII del T.O.
4a del salterio
Rom 4,13.16-18/
Sal 104/ Lc 12,8-12






S. Ignacio de 
Antioquía, m.o.
Etelberto y Etelredo;
Bto. Contardo Ferrini

PALABRA:
Lucas 12,8-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir».

¡Ay de los que rechazan la salvación!
Esta página del evangelio nos habla de la blasfemia contra el Espíritu Santo. Juan Pablo II la comentaba así: «La blasfemia no consiste en el hecho de ofender con palabras al Espíritu Santo; consiste en el rechazo de aceptar la salvación que Dios ofrece al hombre por medio del Espíritu Santo, que actúa en virtud del sacrificio de la cruz. Si Jesús afirma que la blasfemia contra el Espíritu Santo no puede'ser perdonada, es por el rechazo radical a convertirse. La blasfemia contra el Espíritu Santo es el pecado cometido por el hombre que reivindica un pretendido "derecho" de perseverar en el mal —en cualquier pecado— y rechaza así la redención». No se podría decir mejor, ni con mayor claridad. Dios se nos ofrece siempre, nos espera siempre.

De nuevo escuchamos tus palabras, Señor, cuando nos dices: «No os preocupéis si os conducen ante los magistrados, porque el Espíritu Santo os enseñará lo que tenéis que decir». ¡Cuánta confianza nos infundes siempre!







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