Miércoles 18 Octubre
lº del salterio
Is 53,10-11 / 5al 32
/ Heb 4,14-76 / Mc
10,35-45
Lucas evangelista;
Julián; Justo;
Teobaldo
Isaías 53,10-11
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará suS años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo
justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.Salmo 32
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
Hebreos 4,14-16
Hermanos: Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con se-
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir». Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?». Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?». Contestaron: «Lo somos». Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado». Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos».
Esta página del evangelio nos invita a la rectitud de intención en nuestra vida cristiana. ¿Qué es lo que buscamos en el cristianismo? ¿Qué buscaban los hijos del Zebedeo, Santiago y Juan? ¿Buscaban la cercanía y el poder de los primeros puestos? Esta es la pregunta, que exige una respuesta clara y diáfana. El problema no está en la existencia del poder, sino en el ejercicio de ese poder. También a nosotros nos atrae el ser grandes y no servidores, el ser los primeros y no los esclavos de todos. La lección de Cristo es tajante: «ha venido para servir y danta vida en rescate por todos». No se trata de imponer, de dominar, de controlar, sino de servir y dar la vida.
Señor; te pedimos hoy por nuestros misioneros y misioneras, por las misiones, por este Domund, que brota como jornada urgente para que propaguemos tu reino hasta los confines del mundo.