Lunes 06 Noviembre
XXXI del TO.
3° del salterio
Rom 15,14-21 /Sal
97 / Lc 16,1-8
Mártires de
España del siglo
XX, m.o.
Patrocinio de María;
Leonardo de Noblat;
Félix; Severo
Lucas 16,9-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido". El administrador se puso a echar sus cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa': Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?". Este respondió: "Cien barriles de aceite': Él le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta': Luego dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?". Él contestó: "Cien fanegas de trigo". Le dijo: "Aquí está tu recibo, escribe ochenta". Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz».
Caminar con los ojos abiertos
La parábola nos alerta sobre el ancho campo de las infidelidades de nuestra vida. Con frecuencia, derrochamos los dones recibidos; no cumplimos las promesas realizadas; nos quedamos con lo que no es nuestro; dejamos el deber al margen. Jesús nos advierte: «hay que recuperar el tiempo perdido, hay que curar las heridas que hemos producido, hay que granjearse amigos que nos reciban». Esta página del evangelio nos invita a que estemos atentos, vigilantes, a que sepamos descubrir cuáles son las reglas del juego para no sentir el fracaso bajo nuestros pies. Una vez más cl Señor nos dice que estamos en el mundo sin ser del mundo. Y el mundo exige también caminar con los ojos abiertos. A Dios siempre lo tenemos, siempre nos espera y nos acoge.
Señor, haz que descubramos siempre tus caminos y realicemos nuestra misión, nuestro proyecto de vida. Y que sepamos rectificar a tiempo, antes de que sea tarde.