jueves, 16 de noviembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 15/11/2017



Miércoles 15 Noviembre
1º del salterio
Dan 12,1-3 /Sal 15 
/ Heb 10,114 4. 18/ 
Mc 13,24-32








Alberto Magno; 
Nª Sra. de las
Angustias; Leopoldo
III; Macuto; Didier

PALABRA:
Daniel 12,1-3
Por aquel tiempo se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora. Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo despertarán: unos para vida eterna, otros para ignominia perpetua. Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.








Salmo 15
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.





Hebreos 10,11-14.18
Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente, ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados. Pero Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados. Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.


Marcos 13,24-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte. Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que ncl, pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre».

El gran anuncio
Se acerca el final del año litúrgico y la Iglesia nos ofrece el gran anuncio de esperanza que Dios nos promete en Jesús: «la instauración del reinado de Dios en la humanidad». Con lenguaje figurado que Marcos toma de los profetas de Israel, el evangelio afirma que la humanización de este mundo se producirá mediante la caída de los grandes imperios opresores. Y se implantará progresivamente la justicia, la igualdad, la solidaridad. Esta página es un hermoso grito de esperanza: saber que la última palabra de la historia la pronuncia Dios; saber que es una palabra de salvación, de misericordia, de plenitud. Y vislumbrar que habrá una justicia para las víctimas, un cielo y una tierra nuevos. «Mis palabras no pasarán», dice el Señor. Por eso, nuestra vida se abre a su Palabra, antorcha de luz para caminar con esperanza.




Señor, confiamos en Ti, nos abrimos a tu Palabra, caminamos de tu mano. No pasa nada. Desaparecerán muchos paisajes pero nos quedará siempre el cielo nuevo, a estreno, para gozar de tu presencia y de tu amor.
                    
     





miércoles, 15 de noviembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 14/11/2017



Martes 14 Noviembre
XXXII del T.O.
4a del salterio
Sab 18,14-16, 19,6-9
/Sal 104/ Lc 18,1-8




José Pignatelli; 
Deodato de Rodez; 
León de Asís

PALABRA:
Lucas 18,1-8
En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario". Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara"». Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».


Jesús nos invita a orar siempre
Jesús nos invita a orar siempre, sin cansarnos. por qué no rezamos más? ¿Por qué no dedicamos unos minutos cada día para visitar al Señor en el Sagrario? ¿Por qué no dialogamos con Cristo? Sencillamente porque, muchas veces, no consideramos necesaria la oración. No hemos descubierto su grandeza -estar con el Señor unos minutos, abrirle nuestro corazón-, ni hemos experimentado sus bienes y sus frutos. La parábola de esta viuda que insiste ante el juez una y otra vez debe abrirnos los ojos para que aprendamos la importancia de la oración. Y esa importancia se concentra, se resume, en esta frase: «La oración nos consigue lo que de verdad necesitamos en la vida». Pero, ¿es posible? ¿De verdad podemos conseguir aquello que necesitamos? Sí, de verdad. Ahí tenemos el testimonio de la viuda.



Señor, enséñanos a orar, es decir, a acercarnos a Ti, con plena confianza, pidiéndote aquello que necesitamos en justicia, en la seguridad plena de que Tú nos escuchas, atiendes a nuestras peticiones, solucionas nuestros problemas. ¡Qué maravilla poder hablar contigo!


                 


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