viernes, 24 de noviembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 23/11/2017



Jueves 23 Noviembre
XXXIV del TO. 
2° del salterio 
Dan 1,1-6.8-20/ 
Sal Dan 3,52-56/Lc 
21,1-4 






S. Clemente L/S. 
Columbano, m.l. 
Lucrecia; Sisinio; Bto. 
Miguel Agustín Pro 

PALABRA:
Lucas 21,1-4
En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el arca de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: «Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».


La entrega total de una viuda pobre
El pasaje es breve, claro, sencillo y emocionante. Jesús mira lo que ocurre a su alrededor, observa a la gente que cruza, enseñándonos así a no desentendernos de lo que pasa ni de quién pasa a nuestro lado; Jesús descubre el hermoso gesto de la viuda, y nos enseña a «saber descubrir todo lo bueno, bello, hermoso y noble de la vida»; Jesús alaba y propone el ejemplo de la pobre viuda, porque echó al cepillo del templo «todo lo que tenía para vivir». El donativo no tiene como fin «tranquilizar conciencias» sino «simbolizar entregas». No cuenta la cantidad que podemos o debemos dar, sino el corazón que se vuelca por completo, que se vacía de lo que tiene y lo convierte en limosna. Toda limosna ha de ser ofrenda generosa del corazón.



Somos familia en la fracción del pan. Solo al partir el pan podrán reconocernos. Seamos pan, hermanos. Haznos pan que alimenta a los demás, que se ofrece hasta el fondo, sin límites, sin fronteras. 













jueves, 23 de noviembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 22/11/2017




Miércoles 22 Noviembre
Oficio de la s.
Dan 7,13-14 /Sal
92 / Ap 1,5-8/In
18,33b-37






Cecilia; Salvador
Filemón; Marcos;
Mauro; Rogerio



PALABRA:
Daniel 7,13-14
Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.



Salmo 92
El Señor reina, vestido de majestad.


Apocalipsis 1,5-8
Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra. Aquel que nos ama, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre. A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Mirad: Él viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que lo atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentarán por su causa. Sí. Amén. Dice el Señor Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso».


Juan 18,33b-37
En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: «¿Eres tú esús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o le mí?». Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? el rey de los judíos?». te lo han dicho otros Tu gente y los sumos  sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?». Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí». Pilato le dijo: «Conque, ¿tú eres rey?». Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».


El reinado de Cristo
¡Qué hermoso es contemplar hoy a Jesucristo como Rey y escuchar de sus labios que su Reino no es de este mundo! No se sustenta en la fuerza, ni en la violencia, ni en poder alguno que someta al hombre. Sus características son diáfanas: verdad, amor, justicia, libertad y paz. La verdad, que nos hace libres; el amor que nos hace sentirnos y ser hijos de Dios, y hermanos de todos; la justicia que nos hace solidarios; la libertad que nos hace responsables; y la paz, como fruto abundante, que nos hace sonreír de esperanza. Otro mundo es posible: un mundo en el que brille la honradez, el respeto, la igualdad de derechos y garantías de todos los humanos, la bondad por encima de todo y la ayuda a todo el que sufre. ¡Qué hermoso es el reino de Cristo! ¡En nuestras manos está implantarlo en el mundo!





Señor, nosotros queremos pertenecer a tu reino, viviendo en los valores de un cristianismo auténtico, que se entrega a Ti y al prójimo, en una donación de amor, para construir un mundo mejor, más humano y más cristiano.









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