miércoles, 29 de noviembre de 2017

CULTÍVATE CON LÑA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 28/11/2017


Martes 28 Noviembre
XXXIV del T.0.
2° del salterio
Dan 7,15-27/Sal
Dan 3,82-87 / Lc
21,34-36






Catalina Labouré 
Honesto de Nimes

PALABRA:
Lucas 21,34-36
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».


La vigilancia y la oración
Jesús desciende a pequeños detalles y ofrece recomendaciones concretas. La primera de todas, la vigilancia. No podemos abandonarnos, descuidarnos y dejar a su aire la mente y el corazón. La segunda, la oración, o lo que es lo mismo, la conexión con Dios. Sabe el Señor, y por eso nos previene, que la mente y el corazón son claves a la hora de decidir, de tomar actitudes en la vida. ¿Qué pasará si se embotan, si no funcionan, si se dejan atrapar por los malos hábitos? Estaremos perdidos. La gran meta es que consigamos la verdadera felicidad. La felicidad de seguir nuestro camino, de realizar nuestros proyectos, de cumplir nuestra misión. Para ello, hace falta un sincero examen de conciencia, una atención especial a nuestros pasos, la gracia de Dios que llega especialmente a través de la oración silenciosa y pausada.

Un serio examen de conciencia constante, que es práctica canonizada en la más legítima espiritualidad cristiana, nos obliga a revisar siempre a la luz del Reino nuestra propia espiritualidad:salvaremos así la fragancia de nuestra mente y de nuestro corazón.


               




martes, 28 de noviembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 27/11/2017


Lunes 27 Noviembre
XXXIV del T.0. 
2° del salterio 
Dan 7,2-74 /Sal 
Dan 3,75-81 / Lc 
21,29-33





Na Sra. de la 
Medalla Milagrosa; 
Flora y María; Bto. 
Ramón Ilull

PALABRA:
Lucas 21,29-33
En aquel tiempo, expuso Jesús una parábola a sus discípulos: «Fijaos en la higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para saber que el verano está cerca. Pues, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. Os aseguro que antes que pase esta generación todo eso se cumplirá. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán».


La primavera está cerca
De nuevo, la brisa de la esperanza; la llegada de la liberación. Cristo levanta nuestro ánimo, nos invita a elevar la mirada y contemplar el horizonte de nuestras vidas: «todo esto se cumplirá», «mis palabras no pasarán». No sabemos cómo se llevará a cabo esa «liberación», ni tampoco en qué consistirá esa «primavera». Todo el Evangelio ha de ser para nosotros una promesa de esperanza. Dios tiene su tiempo, sus ritmos, y a nosotros nos corresponde abrir de par en par los ventanales del alma para recibir su venida. Ante el miedo y el pesimismo que, en tantas ocasiones, nos acecha y nos invade, la lectura de esta página del evangelio nos devuelve la paz y la esperanza. Con Dios y de su mano nada hemos de temer. Cumplirá su palabra.





La vida interior es abandonarse en Dios, como en el que en el agua permanece sereno, hasta que llega al fondo, y luego, sube. El que tiene miedo de ahogarse se agita desesperado y se ahoga.







             



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