viernes, 1 de diciembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 30/11/2017




Jueves 30 Noviembre
Oficio de la f.
Rom 10,9-18/Sal 
18 / Mt 4,18-22








S. Andrés
apóstol, f.
Zósimo; Bernaldo; 
Cutberto; Justina

PALABRA:
Mateo 4,18-22
En aquel tiempo, pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés; su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

Todos esperamos una llamada
Solemos decirlo en el lenguaje coloquial: «Estoy esperando una llamada». Quizás no hemos pensado que, en algún momento, esa llamada puede ser de Dios. A lo mejor no es por teléfono sino en vivo y en directo, en un día de retiro y de silencio: «Ven, sígueme». O, después de un gran fracaso, cuando apenas si tenemos fuerzas para levantarnos: «¿Qué haces ahí tumbado en el suelo, derrotado, desanimado? Ven conmigo». O, tal vez, ante una encrucijada difícil de nuestra vida, entre nubes amenazantes: «Piensa un poco. La vida hemos de jugarla siempre a una carta». Andrés escuchó la llamada del Señor y la siguió inmediatamente. Después, sería el primero en dar su vida por el Maestro, muriendo en una cruz en forma de aspa. Andrés fue un hombre de palabra radical y entrega generosa.





Señor, haz que escuchemos tu voz, que nos traerá siempre brisa de invitación. No importa dónde ni cuándo. Tu voz nos adentra en el mar de la felicidad.





              




jueves, 30 de noviembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 29/11/2017



Miércoles 29 Noviembre
Comienza el Ciclo C T L 
1º del salterio 
Jer 33,14-16 / Sal 
24 / 1Tes 3,12-4,2/ 
Lc 21,25-28.34-36 






Filomeno; 
Iluminada; Bto. 
Bernardo Francisco 
Hoyos; Bto. Vicente 
Romano 

PALABRA:
Jeremías 33,14-16 
«Mirad que llegan días —oráculo del Señor— en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora, suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justi-cia y derecho en la tierra. En aquellos días se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: "Señor-nuestra-justicia"». 


Salmo 24 
A ti, Señor, levanto mi alma. 

1Tesalonicenses 3,12-4,2 
Hermanos: Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos. Y que así os fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre. En fin, hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante. Ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús. 

Lucas 21,25-28.34-36 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación. Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

Siempre preparados, siempre «enamorados» 
Se alza el telón del Adviento, tiempo de preparación para la Navidad. Nuevo ciclo litúrgico que nos irá presentando la vida de Jesús, desde el Nacimiento hasta la Resurrección. Ojalá nos encontremos con Él, hablemos con Él, caminemos de su mano, sintiendo el calor de su presencia, las orientaciones puntuales de su palabra, la fuerza de su gracia. En la vida no hay caminos maravillosos sino caminantes maravillados. Con Cristo, nosotros seremos también «caminantes maravillados», encontrando siempre sentido a nuestros pasos, a nuestra vida. Tiempo de Adviento: buscar a Cristo, encontrar a Cristo, amar a Cristo. Él se acerca hoy a nosotros y susurra a nuestros oídos y a nuestro corazón: «Estad siempre preparados, siempre enamorados. Levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación». 



Señor, danos tu mano cada día para que conozcamos a fondo tu vida en este nuevo recorrido litúrgico .que hoy comienza con el Adviento. 










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