Martes 12 Diciembre
II de Adviento
2° del salterio
5/48,1-4.9-11/Sal
79 / Mi 17,10-13
Na Sra. de
Guadalupe, m.l.
Martín de S. Nicolás;
Conrado de Offida;
Bartolomé de S.
Gimignano
PALABRA:
Mateo 17,10-13
Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?». Él les contestó: «Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos». Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan, el Bautista.
Busquemos palabras de vida eterna
Aparece la figura de Elías, la figura de Juan. El judaísmo espera a Elías en su carro de fuego, tal como se había marchado. En cambio, la figura de Juan es distinta por completo: un hombre que vive en el desierto, orante y sacrificado, consciente de su misión, austero, coherente. A él se refiere Cristo en sus palabras, en su respuesta a los letrados. En la vida, todos nos formulamos muchas preguntas. Será bueno buscar también la respuesta en las páginas del evangelio. Son muchas las opiniones que encontramos en nuestro caminar. Pero no olvidemos acercarnos a Jesús y preguntarle: «Seikr, ¿qué respondes Tú a esta cuestión, a esta situación, a este problema que tengo?». Busquemos palabras de vida eterna para tantas cuestiones y situaciones como nos atormentan. En ellas encontraremos la luz, la paz y la esperanza.
Señor, permíteme que te consulte cuando se oscurece el horizonte y me siento perdido. Escucharé tu voz en el silencio, en la oración. Y me llenaré de luz nueva, de vida nueva.