lunes, 1 de enero de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 31/12/2017 DÍA DE SAN SILVESTRE DÍA DE OSAÍN




Domingo 31 Diciembre
Octava de Navidad
Oficio del día
1Jn 2,18-21 /Sal 95
/In 1,1-18







S. Silvestre, c.
Columba; Fabián;
Flor; Melania

PALABRA:
Juan 1,118
En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Estos no han nacido- de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo"». Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.


El último día del año
Hoy es el último día del año. Un día en el que se entremezclan mil sentimientos: recuerdos de personas queridas, acontecimientos celebrados, fracasos que no esperábamos, dudas, interrogantes, adversidades... Dos palabras hemos de colocar con urgencia en nuestros labios y en nuestro corazón. La primera, gracias. Gracias por los dones recibidos. La segunda, perdón. Perdón por lo que no hicimos o por lo que hicimos mal. Pongamos el balance en las manos del Señor: con paz, con sosiego.













domingo, 31 de diciembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 30/12/2017


Sábado 30 Diciembre
Octava de Navidad 
Oficio del día
1Jn 2,12-17/Sal 95
/Lc2,36-40





Sabino; Honorio;
Liberia; Rainiero

PALABRA:
Lucas 2,36-40
En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Asen Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.


Ana, mujer sencilla
¡Cuántas personas sencillas cruzan a nuestro lado! En unas líneas, el evangelio nos habla de Ana, «que no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones». Pero su mejor destello, su lección más hermosa, se centra en estas palabras: «Hablaba del niño a todos los que esperaban la liberación...». ¡Cuánta gente nos habla de Dios, en susurros y en gestos silenciosos! Consejos, sugerencias, advertencias, silencios sacrificados, tantas palabras como nos señalan los caminos del Señor, sin grandes discursos, desde la humildad y la sencillez. Ana nos invita a que también nosotros hablemos del Niño a nuestros hermanos, a los que conviven y se cruzan a nuestro lado. A veces, bastará solo una sonrisa de paz y de bien.


Señor, que te conozcamos cada día un poquito más y que te demos a conocer a los demás: no con grandes discursos sino con hermosos gestos de amor, que conllevan siempre la acogida, la comprensión, la escucha y la esperanza. 






            





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