Salterio 3ª Semana. Tomo III
Tiempo Ordinario/3°
Lunes 29 Enero
Santos Valero ob, Afraates er.
Beato Manuel Domingo y Sol pb
Papa Francisco: El pasaje de Marcos nos habla del reino de Dios, de cómo crece. Ni siquiera el sembrador lo sabe. Este crecimiento es un don de Dios que debemos pedir: "Venga a nosotros tu reino". Quiere decir: que crezca tu reino dentro de nosotros, en la sociedad. Que crezca el de Dios. Así como el reino de Dios crece, así también puede disminuir: a todos nosotros nos puede edil lo mismo que a David: todos somos pecadores y todos somos tentados. Si alguno de nosotros (Illem: jamás he tenido tentaciones, la respuesta justa sería: O eres un ángel o eres un tonto. Por eso, punir,' oración de todos los días a Dios: Venga tu reino, crezca tu reino.
PALABRA:
Dijo Jesús a la gente: «El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa como La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos,!luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega». Dijo también: «¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas». Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender.Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
ORACIÓN:
2Samuel 11, I -4a. 5-10a; Salmo 50,3-7.10-11 • MARCOS 4,26-34
Señor, después de cuatro semanas de leer cada día tu Palabra en este mi Evangelio,me aclaras con tu admirable Misericordia lo que vas a hacer en mi vida: sembrar tu palabra en mi corazón. Así, sin darme cuenta, despierto o durmiendo, mi vida puede ir conformándose con esa Palabra que tú siembras y haces germinar y fructificar. Te doy gracias por lo que haces conmigo. Y te pido que ni los agobios de la vida, ni mi debilidad, ni mucho menos mi malicia, impidan que frustre tu proyecto, para mi salvación y la de otros
cercanos a mi. (sigue tu oración personal).