martes, 6 de febrero de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 05/02/2018






Tiempo Ordinario/4° Salterio 4" Semana. Tomo III
Lunes (M0)5Febrero











Santos ÁGUEDA vg mr, Pedro Bautista pb mr, Jesús Méndez pb mr, Adelaida ab. Beata Isabel Canori mf






Papa Francisco: Juan acabó mal, decapitado por orden de Herodes: el precio de un espectáculo para la corte en un banquete. Cuando existe la corte es posible hacer de todo: la corrupción, los vicios, los crímenes. Las cortes favorecen estas cosas. Juan quiso imitar a Cristo. Los fariseos y los doctores creían que él era el mesías. Herodes, que lo había asesinado, creía que Jesús fuese Juan. El Bautista siguió el camino de Jesús, sobre todo en el camino del abajamiento. Juan se humilló, se abajó hasta el final, hasta la muerte, del mismo estilo vergonzoso de muerte del Señor: Jesús como un malhechor, como un criminal, en la cruz, y Juan víctima de un hombre débil y lujurioso: dos muertes humillantes. ¿Vamos por el camino de Jesucristo, el camino de la humillación, de la humildad, del abajamiento para el servicio?

PALABRA:
Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era licito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy».Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino». Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?». La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista». Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista». El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. Enseguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

ORACIÓN:
Eclesiástico 47,2-13; Salmo 17,31.47.50-51 • MARCOS 6,14-2')
SEÑOR, admiro la valentía de Juan, y te la pido para mí. ¡Lejos de mi vida las fiesta. mundanas que acaban en tragedia! Misericordia, Señor. (Sigue tu oración personal)























lunes, 5 de febrero de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 04/02/2018




Tiempo Ordinario/4°
Salterio 4° Semana. Tomo III
Domingo  04 Febrero







Santos Catalina de Ricci vg, Juan de Britto pb mr, Gilberto ph, Rabano Mauro ob







Papa Francisco: El Señor envió a los setenta y dos discípulos, de dos en dos, a las ciudades y pueblos, a proclamar que el Reino de Dios había llegado, y a preparar a los hombres al encuentro con Jesús. Después de cumplir i (in esta misión de anuncio, los discípulos volvieron llenos de alegría: la alegría es un tema dominante de esta primera e inolvidable experiencia misionera. El Maestro Divino les dijo: «No estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».

PALABRA:
Llamo Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos, sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa». Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.


ORACIÓN:
1Reyes 2,1-4.10-12; Salmo: 1Crónicas 29,10.11-12 •
MARCOS 6,7-13
SEÑOR, envías a tus discípulos completamente libres de todo equipaje, confiados sólo en la Providencia de tu Padre, que jamás abandona a los suyos. Nada les faltó a los setenta y dos discípulos, y nada me falta a mí cuando me fío de ti y no estoy apegado a los bienes de la tierra. Quiero ser testigo de que tú bastas para mi vida. De que solo tu puedes llenar el corazón del hombre, creado por ti con ansias infinitas de amar y ser amado, gozar de tu Misericordia y ser misericordioso. (Sigue tu oración personal).









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