jueves, 8 de marzo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 07/03/2018



Salterio 2' Semana. Tomo II Cuaresma/ 4ª
Miércoles 7 Marzo











Santos PERPETUA y FELICIDAD rnrs,
Teresa M. Redi vg, Simeón Berneux y co mr








Papa Francisco: El Evangelio de san Juan (4,43-54) habla del funcionario del rey que, al enterarse de la llegada de Jesús a Caná, va a su encuentro para pedirle que salve al hijo enfermo que estaba muriéndose en Cafarnaún. Fue suficiente que Jesús dijera: «Anda, tu hijo vive» para que ese hombre creyese en su palabra y se pusiese en camino: Esta es nuestra vida: creer y ponerse en camino, como hizo Abrahán, que confió en el Señor y caminó incluso en momentos difíciles, cuando su fe «fue probada» con la petición del sacrificio del hijo. Se fió del Señor y siguió adelante. La vida cristiana es esto: caminar hacia las promesas. Por ello la vida cristiana es esperanza. Hay muchos, incluso cristianos y católicos de comunidad, que no caminan. Está la tentación de detenerse, de considerar ser un buen cristiano sólo porque se forma parte de movimientos eclesiales y se sienten en ellos como en la propia casa espiritual, casi «cansados» de caminar. La Cuaresma es un tiempo propicio para pensar si estamos en camino o si estamos «demasiado inmóviles» y entonces debemos convertirnos.


PALABRA:
Salió Jesús de Samaria para Galilea. Jesús mismo había hecho esta afirmación: «Un profeta no es estimado en su propia patria». Cuando llegó a galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: «Como no veaís signos y prodigios, no creéis». El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño». Jesús le contesta: «Anda, tu hijo está curado». El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Él les  preguntó a qué hora había empezado la mejoría.Y le contestaron: Hoy a la unalo dejó la fiebre». El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora cuando Jesús le había dicho: «Tu hijo está curado».Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.

Isaías 65,17-21; Salmo 29,2-6.11-13 • JUAN 4,43-54
CRISTO,a mi me basta  tu palabra y tu amistad para creer fiarme de ti, que por tu Misericordia quieres 1o mejor para tus amigos y para tus enemigos. Los milagros vienen a confirmar la fe, cuya semilla me diste y yo quiero cultivar. Es el trabajo de toda la vida: robustecer la fe. (Sigue tu oración personal).








              

miércoles, 7 de marzo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 06/03/2018


Cuaresma/3°b Salterio 3' Semana. Tomo II
DOMINGO 6 MARZO








 Santos Mantee Olegario ob, Julián de Toledo ob, Coleta Boylet vg, Inés de Praga vg









Papa Francisco: Dios nos espera siempre: hermoso icono del padre y del hijo pródigo. El padre vio al hijo desde lejos, porque lo esperaba y todos los días iba a la terraza para ver si volvía su hijo. El padre, pues, esperaba el regreso de su hijo, y así, «cuando lo vio llegar, salió corriendo y se echó a su cuello». El hijo, en el camino de retorno, había preparado incluso las palabras que iba a decir para presentarse de nuevo en casa: «Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.
Pero el padre no lo dejó hablar, y con su abrazo le tapó la boca. La parábola de Jesús nos permite comprender quién es nuestro Padre: el Dios que nos espera siempre. Alguien podría decir: «Pero, Padre, ! yo tengo tantos pecados que no sé si Él estará contento!». 
¡Prueba! Si quieres conocer la ternura de este Padrea, ! ve a Él y prueba! Después, me cuentas.


Josué 5,9a.10-12: El Señor dijo a Josué: «Hoy os he despojado del oprobio de Egipto». Los israelitas acamparon en Guilgal y celebraron la pascua al atardecer del día catorce del mes, en la estepa de Jericó. El día siguiente a la pascua, ese mismo día, comieron el fruto de la tierra: panes ácimos y espigas fritas. Cuando comenzaron a comer del fruto de la tierra, cesó el maná. Los israelitas ya no tuvieron maná, sino  que aquel año comieron de la cosecha de la tierra de Canaán. 








Salmo 33,2-7: Gustad y ved qué bueno es el Señor.







2 Corintios 5,17-21: El que es de Cristo es una criatura nueva: lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación. Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación. Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por medio nuestro. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado, Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.


LUCAS 15,11-32: Jesús dijo esta parábola a los fariseos y escribas: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna". El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando 1o había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban gana. de saciarse de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer. Recapacitando entonces, se dijo:"Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado con el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como uno de tus jornaleros". Se puso en camino a donde estaba su padre cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besárlo. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo" Pero el padre dijo a sus criados:"Sacad enseguida el mejor traje y vestid ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado".Y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y, llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Este le contestó: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud". Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentan persuadirlo.Y él replicó a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido el hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado". El padre le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado"».


ORACION:
CRISTO, me quieres feliz y dichoso, gozando en tu casa, gozando de tu Misericordia, de tu presencia, de tu palabra, de tu paz y de tu Pan, pero yo no te hago caso y me  marcho. ¡Sí, me levantaré y volveré a la casa de mi Padre! Y, si no me he marchado de casa, sé que todo lo tuyo es mío y me invitas a disfrutarlo en tu presencia. Para actuar según tu voluntad en ambas situaciones, me presta sus alas la fe. (Sigue tu oración personal).











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