Cuaresma/4° '.Salterio4° Semana. Tomo II
Viernes 9 Marzo
Santos FRANCISCA ROMANA rl,
Paciano ob, Bruno ob
Papa Francisco: [Quien escucha mi palabra y cree. . .]. El Señor Jesucristo, Verbo de Dios encarnado y divino Maestro que abrió la mente y el corazón de sus discípulos a la inteligencia de las Escrituras (cf. Lc 24,45), guíe y sostenga siempre vuestra actividad. Que la Virgen María, modelo de docilidad y obediencia a la Palabra de Dios, os enseñe a acoger plenamente la riqueza inagotable de la Sagrada Escritura.
PALABRA:
Los judíos tenían ganas de matar a Jesús: porque no solo abolía el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo: «Os lo aseguro: El Hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo el juicio de todos, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió. Os lo aseguro Quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no se le llamará a juicio, porque ha pasado ya de la muerte a la vida. Os aseguro que llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque, igual que el Padre dispone de la vida, así ha dado también al Hijo el disponer de la vida.y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No os sorprenda, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz; los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio.Yo no puedo hacer nada por mi mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió».
ORACIÓN:
Isaías 49,8-15; Salmo 144,8-9.13-14.17-18 • JUAN 5,18-30
CRISTO, te agradezco la vida que me das como primer signo de la Misericordia que me tienes. Yo quiero honrarte con todas mis fuerzas, escuchar tu palabra cada día y creer firmemente en ti y en el Padre que te envió a salvarme. (Sigue tu oración personal).