miércoles, 14 de marzo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 13/03/2018




Cuaresma/5° Salterio Iº Semana. Tomo II
Martes 13 Marzo






Santos Rodrigo y Salornón mrs, Macedonio y
Patricia es e hija, Modesta mrs, Sabino mr







Papa Francisco: En este quinto domingo de Cuaresma, el evangelio nos presenta el episodio de la mujer adúltera (cf. .Jn8,1-11), que Jesús salva de la condena a muerte. Conmueve la actitud de Jesús: no oímos palabras de desprecio, no escuchamos palabras de condena, sino solamente palabras de amor, de misericordia, que invitan a la conversión: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más». El rostro de Dios es el de un padre misericordioso, que siempre tiene paciencia. ¿Habéis pensado en la paciencia de Dios, la paciencia que tiene con cada uno de nosotros? Esa es su misericordia. Siempre tiene paciencia con nosotros, nos comprende, nos espera, no se cansa de perdonarnos si sabemos volver a Él con el corazón contrito. Él jamás se cansa de perdonar, pero nosotros, a veces, nos cansamos de pedir perdón. No nos cansemos nunca, no nos cansemos nunca.

Isaías 43,16-21:Así dice el Señor, que abrió camino en el mar y senda en las aguas impetuosas; que sacó a batalla carros y caballos, tropa con sus valientes: caían para no levantarse, se apagaron como mecha que se extingue. No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo, mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo; me glorificarán las bestias del campo, chacales y avestruces, porque ofreceré agua en el desierto, ríos en el yermo para apagar la sed de mi pueblo, de mi escogido, el pueblo que yo formé, para que proclamara mi alabanza.




Salmo 125, l -6: El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.





Filipenses 3,8-14: Todo lo estimo pérdida, comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía -la de la ley—, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe. Para conocerlo a él, y la fuerza de la resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos. No es que ya haya conseguido el premio, o que ya esté en la meta: yo sigo corriendo. Y aunque poseo el premio, porque Cristo Jesús me lo ha entregado, hermanos, yo a mí mismo me considero como si aún no hi conseguido el premio. Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la met ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús.

JUAN 8,1-11: Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amane presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentá les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprend adulterio y, colocándola en medio, le dijeron: «Maestro, esta mujer 1 sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda ap a las adúlteras; tú, ¿qué dices?». Le preguntaban esto para compronr y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «El que e pecado, que le tire la primera piedra». E inclinándose otra vez, sigo cribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, emp( por los más viejos.Y quedó solo Jesús, con la mujer, que seguía allí c Jesús se incorporó y le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusa ¿ninguno te ha condenado?». Ella contestó: «Ninguno, Señor».

ORACIÓN:
CRISTO, compasivo y misericordioso, defensor de los débiles y salvador de los pecadores, aleja de mi corazón todo juicio y condenación. Hazme partícipe de tu Misericordia. Y ábreme el oído: Anda y en adelante no peques más; porque puedo poner en peligro mi fe. (Sigue tu oración personal).






martes, 13 de marzo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 12/03/2018















Cuaresma/4° Salterio 4" Semana. Tomo II
Lunes 12  Marzo






Santos Luis Orione pb, Maxirniliano mr,
Inocencio I pp







Papa Francisco: Jamás ha hablado nadie como ese hombre. . .1. Con la palabra, nuestro Señor se ganó el corazón de la gente. Venían a escucharlo de todas partes. Se quedaban maravillados bebiendo sus enseñanzas. Sentían que les hablaba como quien tiene autoridad. Con la palabra los Apóstoles, a los que instituyó «para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar», atrajeron al seno de la Iglesia a todos los pueblos. «La proclamación litúrgica de la Palabra de Dios, sobre todo en el contexto de la asamblea eucarística, es el diálogo de Dios con su pueblo, en el cual son proclamadas las maravillas de la salvación y propuestas siempre de nuevo las exigencias de la alianza» (San Juan Pablo II).

PALABRA:
Algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: «Este es de verdad el profeta». Otros decían: «Este es  Mesías». Pero otros decían: «¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y Belén, el pueblo de David?».Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron: «¿Por qué no lo habéis traído?». Los guardias respondieron: «Jamás ha hablado nadie como ese hombre». Los fariseos les replicaron: «¿También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe, o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la Ley son unos malditos». Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: «¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?». Ellos le replicaron, «¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas».Y se volvieron cada uno a su casa.

ORACIÓN:
Jeremías 11,18-20; Salmo 7,2-3.9-12 • JUAN 7,40-51
CRISTO, todo el que te haya escuchado o sentido tu presencia de Misericordia, per y salvación, puede dar testimonio de que jamás nadie es como tú ni habló com( Hasta tus enemigos declarados lo reconocen. Yo quiero aceptar tu palabra, no porque es deliciosa, sino porque me dice la verdad, me pone en mi verdad y me lleva a la Ver que eres tú, en quien tengo puesta toda mi fe. (Sigue tu oración personal).














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