Cuaresma/5º salterio 1ª Semana.TomoII
Viernes 15 Marzo
Santos Luisa de Marillac vd, Clemente M. Hofbauer ph, Leocricia vg mr, Sisebuto ab
Papa Francisco: [Moriréis por vuestro pecado]. En la Cuaresma la Iglesia renueva la llamada a la conversión: Revestíos del hombre nuevo. El hombre nuevo, «creado a imagen de Dios (Efesios 4,24), nace en el Bautismo, donde se recibe la vida misma de Dios, que nos hace hijos y nos incorpora a Cristo y a su Iglesia. Estamos llamados a abandonar los comportamientos del pecado y fijar la mirada en lo esencial. Del corazón del hombre renovado según Dios proceden los comportamientos buenos: hablar siempre con verdad y evitar toda mentira; no robar, sino más bien compartir lo que se posee con los demás, especialmente con quien pasa necesidad; no ceder a la ira, al rencor y a la venganza, sino ser dóciles, magnánimos y dispuestos al perdón; no caer en la murmura que arruina la buena fama de las personas, sino mirar en mayor medida el lado positivo de cada uno. Se trata de revestirnos del hombre nuevo, con estas actitudes nuevas.
PALABRA:
Dijo Jesús a los fariseos: «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».Y los judíos comentaban: «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no podéis venir vosotros"?» .Y él continuaba: «Vosotros sois de aquí abajo, yo de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados; pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados». Ellos le decían: «¿Quién eres tú?». Jesús les contestó: «Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él». Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: «Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada». Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.
ORACIÓN:
Números 21,4-9; Salmo 101,2-21 • JUAN 8,21-30
CRISTO, lamentablemente, mirando con sinceridad mi vida, me veo entre los que señalas con el dedo: Vosotros sois de aquí abajo, sois de este mundo. Pero, gracias a tu Palabra y a tu Misericordia, yo quiero ser cada vez menos de aquí abajo y más de allá arriba, menos de este mundo y más de tu mundo nuevo y tu tierra nueva. Si mi nuevo nacimiento en el Bautismo me incorporó a ti, ¿por qué me dejas que sea mundano? Quiero estar siempre contigo, como estás con el Padre que te envió. Creo en ti, pero aumenta mi fe. (Sigue tu oración personal)